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El primer pontífice estadounidense de la historia, León XIV, ha convocado a los fieles católicos a una jornada especial de ayuno y oración por la paz mundial para el próximo viernes 22 de agosto. Este llamado se produce en un momento particularmente significativo, tras su reciente mensaje durante la festividad de la Asunción, que coincidió con las históricas conversaciones de Alaska entre Donald J. Trump y Vladimir Putin.
«Mientras nuestra Tierra continúa siendo herida por las guerras en Tierra Santa, en Ucrania y en muchas otras regiones… invito a todos los fieles a vivir el día del 22 de agosto en ayuno y oración», declaró el Pontífice durante su audiencia semanal en el Vaticano este miércoles. El Papa sugirió que los fieles podrían «pedir a Dios que nos conceda paz y justicia, y que seque las lágrimas de aquellos que sufren debido a los conflictos armados en curso».
La fecha elegida no es casual, ya que coincide con la conmemoración litúrgica de la Realeza de la Santísima Virgen María.
«María es la Madre de los fieles aquí en la tierra y es recordada como la Reina de la Paz», expresó León XIV, agregando que «que María, Reina de la Paz, interceda para que los pueblos encuentren el camino de la paz».
Desde su elección como Sumo Pontífice, León XIV se ha destacado como un firme defensor de la paz entre las naciones. Su pontificado ha estado marcado por constantes llamados al diálogo y la reconciliación, especialmente en zonas de conflicto. La elección de este primer Papa estadounidense ha traído una nueva perspectiva a la Santa Sede, manteniendo al mismo tiempo la tradicional posición de la Iglesia como promotora de la paz mundial.
Esta convocatoria se produce en un contexto global particularmente tenso, con múltiples focos de conflicto activos en diferentes regiones del mundo, entre los que se encuentra Colombia, país en el que arreciado la violencia narco comunista, auspiciada en buena medida por la ineptitud y complicidad del actual gobierno.
La iniciativa del Papa busca unir a la comunidad católica global en un esfuerzo conjunto por la paz, utilizando dos de las prácticas más tradicionales de la fe católica: el ayuno y la oración.
El llamado del Papa ha sido ampliamente difundido por los medios de comunicación vaticanos y ha encontrado eco en diferentes comunidades religiosas alrededor del mundo.
La jornada de ayuno y oración se presenta como una oportunidad para que los fieles católicos demuestren su compromiso con la paz mundial y su solidaridad con aquellos que sufren las consecuencias de los conflictos armados.
¿Cómo puedes vivir este día de ayuno por la paz?
- Orar con intención por la paz:
- Dedica tiempo a la oración personal o comunitaria, pidiendo por la paz en el mundo, en los corazones, y en los conflictos específicos. Puedes rezar el Rosario, la Liturgia de las Horas, o participar en la Misa si es posible.
- Reflexiona sobre pasajes bíblicos relacionados con la paz, como Juan 16:33 («En el mundo tendréis tribulación, pero confiad, yo he vencido al mundo») o Mateo 5:9 («Bienaventurados los que trabajan por la paz»).
- Ofrece tus oraciones por las víctimas de la violencia, los líderes mundiales y la reconciliación entre las personas.
- Participar en actos de caridad:
- La paz comienza con acciones concretas. Realiza obras de misericordia, como ayudar a los necesitados o promover el diálogo y la reconciliación en tu comunidad.
- Considera donar el equivalente de lo que gastarías en comida a una causa benéfica, como lo sugiere la tradición católica durante el ayuno.
- Reflexionar y examinarse espiritualmente:
- Dedica tiempo al examen de conciencia para identificar actitudes o acciones personales que puedan contribuir a la discordia y busca la conversión interior.
- Medita sobre cómo puedes ser un instrumento de paz en tu entorno, siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís («Haz de mí un instrumento de tu paz»).
- Asistir a la Misa o Adoración Eucarística:
- Si es posible, participa en la Eucaristía o en un momento de adoración al Santísimo Sacramento, ofreciendo tus intenciones por la paz.
- Une tu ayuno y oración al sacrificio de Cristo en la cruz.
De qué debemos abstenernos
- Ayuno de alimentos:
- Según las normas de la Iglesia Católica (Código de Derecho Canónico, cánones 1251-1252), el ayuno implica reducir la cantidad de comida. Tradicionalmente, se permite:
- Una comida completa al día, más dos comidas pequeñas que no sumen el equivalente de una comida completa.
- Los católicos entre 18 y 59 años están obligados al ayuno, salvo excepciones por salud u otras circunstancias graves.
- Evita comer entre comidas (snacks) y, si tu salud lo permite, considera abstenerte de alimentos ricos o lujosos, optando por algo sencillo.
- Según las normas de la Iglesia Católica (Código de Derecho Canónico, cánones 1251-1252), el ayuno implica reducir la cantidad de comida. Tradicionalmente, se permite:
- Abstinencia de carne (si el día coincide con una tradición específica, como los viernes):
- En algunos casos, la Iglesia recomienda abstenerse de carne como un acto penitencial adicional, especialmente si el día de ayuno es un viernes (excepto en solemnidades).
- En lugar de carne, se pueden consumir alimentos simples como verduras, frutas o legumbres.
- Abstenerse de distracciones mundanas:
- Limita actividades recreativas que puedan distraerte de la oración, como el uso excesivo de redes sociales, televisión o entretenimiento.
- Evita actitudes de enojo, crítica o cualquier acción que contradiga el espíritu de paz.
- Evitar excesos:
- Abstente de consumir alcohol, dulces u otros placeres que puedan ir en contra del espíritu de penitencia.
- Mantén un ambiente de sobriedad y simplicidad durante el día.