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En un extraordinario acto de amor maternal, Kendall Bailey enfrentó una de las decisiones más difíciles de su vida cuando, hace casi una década, recibió un diagnóstico de cáncer de tiroides que requería tratamiento inmediato. La víspera de su cirugía programada para extirpar un tumor maligno en la garganta, Kendall descubrió que estaba embarazada, lo que cambiaría dramáticamente el curso de su tratamiento médico.
Trabajando en estrecha colaboración con un equipo médico especializado, Kendall logró someterse a la cirugía inicial manteniendo tanto su seguridad como la de su bebé en gestación. Sin embargo, al despertar de la intervención, los médicos descubrieron que el cáncer se había diseminado por su cuerpo, lo que requería radiación inmediata.
En ese momento crucial, Kendall y su esposo Kevin se enfrentaron a una decisión que pondría a prueba sus convicciones más profundas: continuar con el embarazo arriesgando la salud de Kendall al retrasar el tratamiento necesario, o interrumpir la vida de su hijo no nacido para proceder con la radiación.
«Ni siquiera fue una opción para nosotros, ni siquiera era algo que debía considerar. Sentí que Dios nos había dado un bebé y no era mi elección decidir si ese bebé podía vivir o no«, compartió Kendall durante su participación en el podcast Speak Out con Christine Yeargin.
La experiencia del embarazo transformó la perspectiva de Kendall sobre su enfermedad, permitiéndole canalizar su energía en la creación de un hogar amoroso para su futuro hijo. A pesar de la incertidumbre que rodeaba su diagnóstico de cáncer, mantuvo una inquebrantable confianza en el plan divino.
Exactamente nueve meses después, Kendall dio a luz a una niña saludable llamada Presley, quien ahora tiene nueve años. Apenas dos meses después del nacimiento, se sometió a 72 horas de tratamiento de radiación, y desde entonces ha permanecido libre de cáncer, en lo que muchos consideran un testimonio de fe y perseverancia.
Reflexionando sobre su experiencia, los Bailey expresan su gratitud por el apoyo recibido durante uno de los momentos más difíciles de sus vidas. Kendall enfatiza la importancia de contar con una red de apoyo positiva:
«Hay personas que no tienen ese respaldo, y no sé cómo hubiera sido mi vida si hubiera tenido gente diciéndome que solo era un grupo de células, que este bebé no sentiría dolor, que era un error, que no sería gran cosa, que no afectaría mi vida si la hubiera abortado. Todas esas son mentiras que provienen del enemigo, así que estoy muy agradecida de haber tenido personas en mi vida que fueron realmente solidarias y me brindaron amor durante ese tiempo».
La historia de Kendall se ha convertido en un faro de esperanza para otras mujeres que enfrentan embarazos en circunstancias desafiantes. Su mensaje es claro y resonante:
«Si estás embarazada, si puedes escuchar el latido del corazón, ve y escúchalo. Si puedes sentir el movimiento, pon tu mano en tu estómago y deja que Dios te hable a través de esos momentos. Te aseguro que Él tiene un plan increíble para tu vida, y no incluye terminar con la vida de uno de Sus hijos».
El caso de los Bailey ha sido documentado por Texas Right to Life, organización que destaca cómo la valentía de Kendall, al arriesgar su propia vida por su hija Presley, ejemplifica el poder transformador del amor maternal y la fe inquebrantable.
Fuente: Pregnant and Facing Cancer, Mom Rejected Abortion to Save Her Baby