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La decisión del sacerdote Ian Vane de negar la comunión al diputado liberal demócrata Chris Coghlan, representante de Dorking y Horley, tras su voto a favor del proyecto de ley de suicidio asistido de Kim Leadbeater, ha reabierto la discusión sobre los límites entre religión y política en el Reino Unido.
Esta controversia tiene sus raíces históricas en 1960, cuando John F. Kennedy, durante su campaña presidencial estadounidense, se vio forzado a distanciarse públicamente de su identidad católica para tranquilizar a los votantes. «No soy el candidato católico a la presidencia», declaró Kennedy ante un grupo de editores de periódicos en abril de 1960, estableciendo un mal precedente que muchos políticos católicos han seguido desde entonces.
El caso Coghlan representa no tanto un punto de inflexión en esta tradición de separación entre fe y decisiones políticas, sino un hecho paradigmático ante normas de fe taxativas, que exigen unidad de vida y coherencia. El parlamentario acudió a los medios nacionales para expresar su indignación, alegando en la red social X que su «religión privada» no debería influir en su labor legislativa, degradando su catolicismo al compararlo con una actividad de tiempo libre, como el teatro amateur o la danza folclórica.
La respuesta del parlamentario ha generado reacciones. Cuando se le cuestionó sobre su adhesión al catolicismo, Coghlan respondió: «principalmente porque nací en él y pensé que había un amplio espacio para católicos liberales como yo». Lo cual demuestra una supina ignorancia en una materia tan delicada, especialmente por parte de un político: este hombre no tiene una idea clara de en dónde está ni de qué es y en qué consiste la fe a la que dice pertenecer, la cual informa todos los aspectos de la vida, sin que ello suponga una forma de ‘integrismo’ religioso, pues en el caso de la Fe Católica, la única verdadera, el desarrollo doctrinal se basa en la razón.
La Iglesia Católica fundamenta su decisión en sólidas bases bíblicas, históricas, teológicas, filosóficas y antropológicas, que advierten a los cristianos sobre la participación «indigna» en la comunión no sólo cuando se contradice el Magisterio de la Iglesia, sino de manera especial en una materia tan grave como la salvación de la propia alma y un sacrilegio. Este principio tiene precedentes históricos significativos, como cuando San Ambrosio, en el siglo IV, exigió penitencia pública al emperador Teodosio antes de permitirle participar en los sacramentos.
La Iglesia no insta jamás a una obediencia ciega a normas arbitrarias, sino a un asentimiento cabal de la inteligencia a la Verdad, que se expresa mediante la unidad y coherencia de su Magisterio. El acceso a los sacramentos no depende, por tanto, de una supuesta “apertura”, sino del respeto, en primer lugar, a las realidades Sagradas y a la necesidad de la Gracia Sacramental y Santificante; y, en segundo lugar, de una recta conciencia que advierte sobre el debido respeto a Dios, a quien se recibe en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la Sagrada Comunión –para lo cual es requisito indispensable estar en estado de Gracia y en plenitud de Comunión, esto es, sin prestarse a ninguna forma de cooperación directa o indirecta con el mal–.
De modo que la clara y contundente oposición a la muerte provocada mediante el llamado “suicidio asistido” se basa en principios fundamentales de ética racional, de la dignidad humana inviolable, de la ley natural y de la Voluntad Divina expresada de manera positiva a través de los Mandamientos, entre los cuales está claramente formulado el de No Matar.
Algunos aprovechan este tipo de casos para introducir pseudo debates tendientes a desacreditar a la Iglesia Católica y a descalificar la expresión pública de la Fe, que obliga a todo católico cualesquiera sean su prestigio personal, profesional o su posición. Con mayor razón se exige esta unidad de vida y coherencia cuando se está en el ejercicio de funciones o representación públicas.
Al respecto, conviene recordar e invitar a leer a todo Católico y a la sociedad en general, la NOTA DOCTRINAL sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, publicada en 2002 por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida entonces por el Cardenal Joseph Ratzinger, quien en 2005 se convertiría en el Papa Benedicto XVI. Y también la EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POST-SINODAL “CHRISTIFIDELES LAICI” DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II SOBRE LA VOCACIÓN Y MISIÓN DE LOS LAICOS EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO.
Ver:
- Nota sobre el compromiso de los católicos en política
- Christifideles Laici (30 de diciembre de 1988) | Juan Pablo II
A manera de testimonio, suele ocurrir entre quienes se convierten al catolicismo, cuyo proceso suele ser arduo y marcado por un profundo y muy exigente itinerario intelectual, que a menudo son acusados de “excesivo celo en la observancia de las enseñanzas de la Iglesia”. Pero ellos, por lo general, han presenciado las consecuencias de la ‘flexibilización doctrinal’ en otras denominaciones cristianas. Aunque esta no es la única razón, pues, como advertimos, no se trata de una cuestión de integrismo doctrinal sino de unidad y coherencia en y con La Verdad.
La congregación católica incluye tanto santos como pecadores, todos en proceso de salvación. Sin embargo, el caso de Coghlan no se centra en su condición de pecador, sino en su persistencia en contradicciones públicas con las enseñanzas fundamentales de la fe que profesa, incluso después de recibir advertencias pastorales.
La doctrina oficial de la Iglesia Católica sobre el suicidio asistido es clara e inequívoca. El Catecismo de la Iglesia Católica establece que tanto el suicidio como la cooperación voluntaria en él constituyen una grave ofensa moral. La Iglesia enfatiza el valor sagrado de la vida humana y rechaza cualquier acción que busque terminarla deliberadamente, defendiendo en su lugar el desarrollo de cuidados paliativos y el acompañamiento compasivo de los enfermos terminales.
Fuente: It was right to deny Communion to Chris Coghlan MPhttps://th.bing.com/th/id/R.6f4742d33268165493ca743a6fdc7f12?rik=wFcgHqcbjwXTzw&pid=ImgRaw&r=0&sres=1&sresct=1