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El Cardenal Robert Sarah, Prefecto emérito del Culto Divino, vinculó el rechazo a la misa tradicional con la defección del cristianismo en Europa durante una conferencia en la Universidad Católica de América.
Según Sarah, el rechazo a Dios en Occidente no es tanto un ateísmo intelectual sino un «ateísmo práctico» donde el hombre moderno actúa como si Dios no existiera. Esto se evidencia dentro de la Iglesia en el rechazo a la moral católica tradicional, la doctrina tradicional y la liturgia tradicional.
«Cuántas veces oímos decir a teólogos, sacerdotes, religiosos e incluso a algunos obispos -o conferencias episcopales- que necesitamos ajustar nuestra teología moral a consideraciones que son sólo humanas»
– Sarah
El Cardenal criticó especialmente el intento generalizado en la Iglesia latina de deshacerse de la forma tradicional de adorar a Dios, utilizada durante siglos. Esto constituye una forma de ateísmo práctico donde Dios ya no está en el centro del culto divino, sino las sensibilidades del hombre moderno.
Al vincular este rechazo a la liturgia tradicional con el rechazo a la teología moral tradicional, Sarah identificó ambos como una forma sutil de ateísmo que no niega a Dios pero actúa como si no fuera central.
«No se trata de un rechazo frontal de Dios, pero se le deja de lado…la crisis no es tanto el mundo secular y sus males, sino la falta de fe dentro de la Iglesia.»
– Sarah
«¿Cuántos católicos asisten a misa semanalmente? ¿Cuántos participan en la Iglesia local? ¿Cuántos viven como si Cristo existiera, o como si Cristo se encontrara en su prójimo, o con la firme creencia de que la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo? ¿Cuántos sacerdotes celebran la Sagrada Eucaristía como si fueran realmente alter Christus y, más aún, como si fueran ipse Christus – Cristo mismo? ¿Cuántos creen en la Presencia Real de Jesucristo en la Sagrada Eucaristía?
La respuesta es muy pocos. Vivimos como si no necesitáramos la redención a través de la sangre de Cristo.
Esa es la realidad práctica para demasiados en la Iglesia».
El Cardenal también lamentó una especie de «paganismo» que dijo ha entrado en la Iglesia y en la jerarquía, advirtiendo que «la verdadera crisis es la falta de fe dentro de la Iglesia». Citó una conferencia de 1958 del entonces Joseph Ratzinger que sugería que la situación actual tiene raíces más profundas que la revolución cultural de los años 60 y 70.
“Esta Europa llamada cristiana se ha convertido desde hace casi 400 años en la cuna de un nuevo paganismo que crece constantemente en el corazón de la Iglesia y amenaza con socavarla desde dentro
Ratizinger argumentó en su conferencia de 1958 que la Iglesia “ya no es, como antes, una Iglesia compuesta de paganos que se han convertido en cristianos, sino una Iglesia de paganos que todavía se llaman a sí mismos cristianos pero que en realidad se han convertido en paganos. El paganismo reside hoy en la propia Iglesia”
– Ratzinger, (The New Pagans in the Church, 1958)
Sarah concluyó que el ateísmo en la Iglesia es ahora más evidente que en 1958 y se manifiesta en la pérdida de la vida cristiana devota y en la forma de disensión pública, incluso de altos funcionarios o instituciones prominentes.
No se puede ser católicos sólo de nombre. La libertad religiosa debe ser exigida para afuera y respetada para adentro. NO se debe combatir la Misa Tradicional, y sí, y con encarnizamiento, los abusos litúrgicos. Admiré al papa Benedicto XVI y admiro al cardenal Sarah. Él debería ser el próximo papa.