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La Arquidiócesis de Hamburgo ha publicado un polémico marco de educación sexual para sus escuelas católicas que está generando fuertes críticas entre expertos y defensores de la familia, que lo consideran un fruto directo del controvertido Camino Sinodal Alemán y un abandono de la doctrina moral católica.
El documento, presentado el 5 de junio, promueve una presunta «pedagogía sexual contemporánea basada en valores y fundamentada científicamente», según anunció el vicario general de la arquidiócesis, el padre Sascha-Philipp Geißler. No obstante, las nuevas directrices, que se implementarán a partir del año escolar 2026-2027 en las 15 escuelas católicas de Hamburgo, incluyen el reconocimiento activo de diferentes identidades y orientaciones sexuales.
Christopher Haep, director del departamento arquidiocesano de escuelas y universidades, afirmó que las escuelas católicas deben ser «lugares seguros donde la sexualidad no sea tabú». El programa abarca elementos como educación sexual integral con enfoque de género, promoción de competencias relacionales y empoderamiento para el desarrollo de la identidad.
Sin embargo, destacadas voces católicas han alzado la voz y formulado claras y fuertes críticas. Hedwig von Beverfoerde, fundadora del grupo provida DemoFürAlle, señaló que el marco incorpora «ideas altamente cuestionables y no científicas» derivadas de Helmut Kentler, una figura controversial vinculada a redes de abuso infantil. Según von Beverfoerde, esta ideología se ha infiltrado en currículos universitarios y escolares, llegando incluso a los estándares de educación sexual de la OMS para Europa.
La socióloga católica Gabriele Kuby ve estas directrices como una consecuencia directa del Camino Sinodal Alemán y un síntoma del abandono de la moral sexual católica. En su libro «No temas, pequeño rebaño», Kuby advierte que la cruz de Cristo ha sido reemplazada por la bandera arcoíris en Alemania.
La situación es especialmente compleja para los padres católicos alemanes, quienes enfrentan lo que el Dr. Thomas Ward, presidente de la Academia Juan Pablo II para la Vida Humana y la Familia, describe como un «atrapamiento total». En Alemania, la educación en casa está prohibida por ley, y los católicos están obligados a pagar el impuesto eclesiástico, que parcialmente financia estas iniciativas educativas.
Von Beverfoerde sugiere que los padres pueden recurrir al derecho canónico, específicamente a los cánones 793, 796 y 803, que respaldan los derechos de los padres católicos en la educación de sus hijos. También pueden buscar apoyo en otros padres, apelar a los administradores escolares, al obispo, al Vaticano y a sus derechos constitucionales.
La Arquidiócesis de Hamburgo, dirigida por el Arzobispo Stefan Heße, quien en 2018 pidió una aproximación más abierta a la sexualidad, enfrenta actualmente serios problemas financieros y una escasez de vocaciones, sin registrar nuevas ordenaciones sacerdotales el año pasado.
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que la sexualidad debe ser integrada en el contexto del matrimonio entre un hombre y una mujer, orientada a la procreación y expresión del amor conyugal. La educación sexual debe ser casta y respetuosa de la dignidad de la persona humana, preservando el derecho primario de los padres como educadores de sus hijos.