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Un equipo de arqueólogos liderado por Stephen Compton ha descubierto los restos de lo que parece ser un campamento militar asirio que data de aproximadamente el año 700 a.C, durante el reinado de Senaquerib. El hallazgo podría corroborar el relato bíblico contenido en 2 Reyes 19, 35, donde se narra cómo el ángel del Señor diezmó al ejército asirio que sitiaba Jerusalén, matando en una noche a 185.000 soldados.
La evidencia procede de un relieve tallado en piedra hallado en el palacio del rey Senaquerib en Nínive, la capital del imperio asirio, que conmemora la conquista de la ciudad de Laquis. Utilizando fotografías aéreas antiguas de Laquis, el equipo pudo correlacionar el paisaje del relieve con el terreno actual y determinar la ubicación del campamento militar asirio representado.
Al excavar el sitio, encontraron restos de muros y cerámica fechada en la época de la invasión de Senaquerib a Laquis, después de lo cual el lugar permaneció abandonado durante siglos. Además, el nombre árabe del lugar –Jirbet al Mudawwara– significa “las ruinas del campamento del gobernante invasor”.
Los relieves en piedra muestran un gran campamento fortificado con 24 torres de guardia, indicando que se trataba de una imponente instalación militar capaz de albergar a miles de soldados. Esto concuerda con el relato bíblico de un enorme ejército asirio cercando Jerusalén antes de ser aniquilado por el ángel de Dios en una sola noche.
Si bien no prueba definitivamente la veracidad del relato bíblico, este descubrimiento arqueológico brinda evidencia tangible de la campaña militar de Senaquerib contra el reino de Judá, y es consistente con la narración de un campamento militar asirio en las cercanías de Jerusalén.
Como señala Compton, “no tenemos pruebas arqueológicas de la intervención angelical, pero sí evidencia de que hubo un enfrentamiento entre asirios y judíos en ese lugar y época”. En cualquier caso, es un hallazgo que sin duda despertará el interés tanto de arqueólogos como de estudiosos de la Biblia.
