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Científicos chinos desarrollan vientres artificiales robotizados para «dar a luz» bebés
Un inquietante avance tecnológico está tomando forma en China, donde investigadores trabajan en el desarrollo de robots equipados con úteros artificiales diseñados para gestar y «dar a luz» bebés humanos, según reveló el Dr. Zhang Qifeng, fundador de la empresa Kaiwa Technology.
El proyecto, que según Zhang se encuentra en una «etapa madura», contempla la comercialización de un prototipo por aproximadamente 100.000 yuanes (cerca de 13.929 dólares estadounidenses). «Ahora necesita ser implantado en el abdomen del robot para que una persona real y el robot puedan interactuar para lograr el embarazo, permitiendo que el feto crezca en su interior», explicó el científico.
El sistema pretende replicar todo el proceso de gestación, desde la concepción hasta el parto, manteniendo al bebé en desarrollo dentro de un ambiente artificial que simula el líquido amniótico y proporciona nutrientes a través de un sistema tubular. Sin embargo, los detalles específicos sobre cómo se crearía y posteriormente se implantaría el embrión humano en la máquina permanecen sin aclarar, aunque probablemente involucraría alguna forma de fertilización in vitro.
Esta iniciativa, dicen, surge como respuesta a las crecientes tasas de infertilidad en China y otras regiones del mundo. The Telegraph ha sugerido que los úteros artificiales «podrían revolucionar la ciencia médica y nuestras nociones de familia y fertilidad», reconociendo implícitamente que representan un desafío al concepto tradicional de familia natural.
No obstante, expertos médicos han expresado serias dudas sobre la capacidad de estos dispositivos para replicar fielmente la gestación humana. Señalan que los complejos procesos biológicos, como la secreción hormonal materna, no pueden ser reproducidos por robots. Además, durante el embarazo natural ocurre un fenómeno llamado microquimerismo, donde madre e hijo intercambian células, un proceso que fortalece el sistema inmunológico del bebé y reduce potencialmente el riesgo de enfermedades autoinmunes.
La conexión materno-fetal va más allá de lo puramente biológico. Los bebés comienzan a reconocer la voz de su madre mientras están en el útero, un proceso crucial para el desarrollo del vínculo afectivo, la regulación emocional y el desarrollo del lenguaje. Privar a un bebé de esta experiencia natural ha sido calificado por los críticos como cruel y éticamente cuestionable.
Este desarrollo tecnológico se suma a otras iniciativas controversiales en el campo de la reproducción humana. Recientemente se ha reportado que inversores multimillonarios están financiando empresas dedicadas a la manipulación genética de embriones, con el objetivo de crear «bebés de diseño» con características predeterminadas, como un coeficiente intelectual más alto.
Desde la perspectiva de la Iglesia Católica, estas tecnologías reproductivas plantean serias preocupaciones morales. La Instrucción Dignitas Personae sobre algunas cuestiones de bioética, emitida por la Congregación para la Doctrina de la Fe, enfatiza que la procreación humana debe ser el fruto de la unión conyugal natural. La Iglesia considera que estas tecnologías no respetan la dignidad de la persona humana desde su concepción y pueden conducir a la instrumentalización de la vida humana.
Fuente: Chinese scientists are developing robots with artificial wombs to ‘give birth’ to babies