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Según un análisis encargado por Sky News, la tasa de fertilidad promedio de las mujeres en el Reino Unido, es decir, el número promedio de hijos que tienen, ha caído un 18,8% desde 2010. Esta es la mayor caída proporcional entre las naciones del G7 en los últimos 12 años.
Italia tuvo la segunda mayor caída, seguida por Estados Unidos, Canadá, Francia y luego Japón, mientras que Alemania registró un aumento.
Ben Franklin, CEO interino del Centro de Políticas Progresistas (CPP) que realizó el análisis, cree que «la austeridad y la política de austeridad» en el país fue «el factor principal» que impulsó la caída en las tasas de fertilidad durante ese período.
Según él, esto sucedió «en mayor medida» en el Reino Unido que en otros países porque «la austeridad fue bastante significativa aquí, y más que en otros países».
La investigación del CPP también descubrió que las áreas con mayor privación vieron caídas más rápidas en las tasas, lo que «demuestra el impacto de los recortes del gobierno al gasto en seguridad social que ocurrieron durante ese tiempo«.
Las bajas tasas de fertilidad pueden llevar a una economía «desequilibrada», con más pensionistas que personas en edad de trabajar, y posteriormente ejercer presión sobre las finanzas de la nación.
Emily-Kate Day tiene un hijo con su esposo, y a pesar de que ambos trabajan a tiempo completo, aún no pueden permitirse un segundo hijo. «Es desgarrador, porque siempre quisimos una familia grande», dice.
Si hay menos trabajadores en el futuro, algunos argumentan que habrá una mayor dependencia de la inmigración para mantener la fuerza laboral.
Sin embargo, en Londres y otras áreas del país, las tasas de fertilidad y natalidad están conllevando al cierre de escuelas. Los consejos de Londres dicen que las tasas de natalidad más bajas son la principal razón para la reducción en la demanda de lugares escolares.
Optimismo progresista
El profesor David Miles CBE cree que las preocupaciones sobre «no tener suficientes niños» están «un poco exageradas». Él dice que hay «fuerzas económicas naturales» que compensarán el efecto de lo que podría ser una población trabajadora en declive. Una de esas fuerzas podría ser «atraer a más personas a la fuerza laboral», ya que las empresas buscan que las personas mayores trabajen a tiempo parcial.