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Son alarmantes las cifras de violencia sexual en el transporte público parisino. Un reciente estudio del instituto Enov para la RATP (Sistema de transporte público) ha revelado una realidad inquietante: siete de cada diez mujeres han sido víctimas de violencia sexual en el transporte público de París. La situación es particularmente grave para las jóvenes entre 19 y 25 años, donde la cifra se dispara hasta un estremecedor 90% de afectadas.
El espectro de agresiones documentadas abarca desde comportamientos sexistas hasta delitos graves. Un 39% de las víctimas reporta haber sufrido conductas sexistas y actos con connotación sexual, mientras que el 19% ha experimentado situaciones de acoso. Los datos más preocupantes revelan que un 15% ha padecido tocamientos no consentidos, un 13% ha sido expuesta a casos de exhibicionismo, y un 6% ha denunciado violaciones o intentos de violación.
La investigación arroja luz sobre un patrón claramente definido en cuanto a la identidad de los agresores: el 99% son hombres, mientras que las víctimas son mujeres en el 91% de los casos. Es especialmente preocupante la vulnerabilidad de las personas jóvenes, ya que las menores de 30 años constituyen el 75% de las afectadas, y los menores de edad representan más de un tercio (36%) del total de víctimas.
Contrariamente a la creencia popular de que estas agresiones ocurren principalmente durante la noche, el Observatorio Nacional de Criminalidad en el Transporte ha documentado una distribución más uniforme a lo largo del día. Si bien el 29% de los incidentes se registra después de las 19:00 horas, un significativo 28% tiene lugar entre el mediodía y las 17:00, y un 20% durante las horas de la mañana.
La investigadora de urbanismo Manon Marguerit, de la Universidad Gustave-Eiffel, señala que los perpetradores adaptan estratégicamente sus acciones según el nivel de riesgo percibido, aprovechando especialmente las horas punta y las aglomeraciones para actuar con mayor impunidad.
El impacto de esta realidad en la vida cotidiana de las mujeres parisinas es profundo y multifacético. Un 56% manifiesta sentirse insegura en la red ferroviaria, mientras que un abrumador 80% se mantiene en constante estado de alerta durante sus desplazamientos. Esta percepción de inseguridad ha llevado a modificaciones significativas en sus comportamientos diarios: el 68% altera su forma de vestir y el 60% llega incluso a evitar el uso del transporte público dependiendo de su atuendo.
Las estrategias de autoprotección se extienden también a la forma de ocupar el espacio: el 83% de las mujeres busca posicionarse de espaldas a puertas o paredes cuando viaja de pie, y un contundente 93% prefiere sentarse junto a otras mujeres, parejas o familias, evitando la proximidad con hombres que viajan solos.
Paradójicamente, y pese a la gravedad y el constante incremento de estos incidentes, solo un 7% de las víctimas decide formalizar una denuncia ante las autoridades. Según datos del Ministerio del Interior, las agresiones sexuales registradas en el transporte público en 2024 representaron el 3% del total de casos de violencia sexual en Francia, una proporción que se ha mantenido sin variaciones significativas desde 2016.
Esta baja tasa de denuncias sugiere la existencia de barreras significativas que disuaden a las víctimas de buscar justicia, lo que podría estar contribuyendo a perpetuar un ciclo de impunidad que requiere atención urgente por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto.