Análisis Fe Iglesia

¿La pandemia aceleró la secularización de Europa? Un cardenal cree que sí

Pandemia y secularizacion
Escrito por Redacción R+F

Pero, ¿a qué se refiere? ¿La “humildad” de la Iglesia sería una ‘resignación’ a no desaparecer como institución? Describe su misión como una realidad estrictamente terrenal, enmarcada en una visión humanista y social.

Lo que revela la entrevista: ¿un salto a la secularización o un fenómeno incontenible?

El portal Forumlibertas recoge una entrevista realizada al cardenal Jean-Claude Hollerich por L’Osservatore Romano el 2 de septiembre, en la que, según reporta, dijo que “creía que la cantidad de católicos que iban a la iglesia disminuiría como resultado del COVID-19. Apunta a la secularización de Europa”.

Y destaca un planteamiento del cardenal: ‘Cuando se le preguntó si pensaba que la Iglesia en Europa saldría más fuerte o más débil de la pandemia, dijo’:

“Pienso en mi país: se reducirá en número. Porque todos los que ya no vinieron a misa, porque vinieron sólo por motivos culturales, estos “católicos culturales”, de izquierda y de derecha, ya no vienen. Han visto que la vida es muy cómoda. Pueden vivir muy bien sin tener que ir a la iglesia. Incluso las Primeras Comuniones, el catecismo para niños, todo esto disminuirá en número, estoy casi seguro”.

Una declaración inquietante

Esta declaración, bastante inquietante si se considera la consistencia de la fe que tienen los creyentes, es puesta luego por el cardenal en una perspectiva ‘realista’:

“Pero no es una queja de mi parte. Hubiéramos tenido este proceso incluso sin una pandemia. Quizás nos hubiera tomado 10 años más”.

Luego se cita al profesor Stephen Bullivant, profesor de teología y sociología de la religión en la Universidad de St. Mary, Twickenham, en el Reino Unido, indicando que “él mismo había hecho un comentario similar a Hollerich en su reciente libro electrónico El catolicismo en la época del coronavirus“. Este sería su comentario:

“Al menos en términos de asistencia a la iglesia, es casi seguro que veremos un ‘salto hacia adelante’ a lo largo de la tendencia a la baja establecida desde hace mucho tiempo”, dijo a CNA.

¿Un simple fenómeno sociológico y estadístico?

De acuerdo con el académico, al menos en Europa, ya las diócesis habían hecho previsiones según las cuales el descenso en la asistencia prácticamente determinaría la cantidad de sacerdotes requeridos, también proporcionalmente a la baja.

Luego, el portal señala que “Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), dijo que la Iglesia en Europa debe responder con humildad a su debilitada condición y a la secularización de Europa“.

“Pero en este punto, la Iglesia debe inspirarse en una humildad que nos permita reorganizarnos mejor, ser más cristianos, porque de lo contrario esta cultura del cristianismo, este catolicismo sólo cultural, no puede perdurar en el tiempo, no tiene fuerza viva detrás de él”, afirma.

¿En qué términos debe la Iglesia “reorganizarse”, según el card. Hollerich?

De acuerdo con el portal y la entrevista, esto agregó el cardenal:

“Creo que es una gran oportunidad para la Iglesia. Debemos entender lo que está en juego, debemos reaccionar y poner en marcha nuevas estructuras misioneras. Y cuando digo misioneros, me refiero tanto a la acción como a la palabra.

También creo que en el mundo después de la pandemia, Occidente, Estados Unidos y Europa serán más débiles que antes, porque la aceleración que trae el virus hará crecer a otras economías, a otros países”.

¿Una visión sólo terrenal de la Misión de la Iglesia?

¿A qué se refiere explícitamente el cardenal Hollerich? Porque, aunque habla de “humildad”, remite a una idea de ‘resignación’ por parte de la Iglesia, al menos, como para no desaparecer como institución. Y describe su misión como una realidad estrictamente terrenal, enmarcada en una visión humanista y social:

“Pero debemos ver esto con realismo, debemos abandonar el eurocentrismo presente en nuestro pensamiento y con gran humildad debemos trabajar con otros países por el futuro de la humanidad, para tener una mayor justicia”.

¿Y el Evangelio como anuncio de la Salvación y Palabra de Vida?

En sus declaraciones, el cardenal Jean-Claude Hollerich no habla del Evangelio ni se refiere a él como el anuncio de la salvación de las almas –siempre necesario y, por lo tanto, actual–, ni como Palabra de Vida plena. En cuanto a la eficacia de la acción de la Iglesia, la reduce o la supedita a una forma de ‘cooperación internacional’.

El portal concluye reafirmando lo dicho por el cardenal entrevistado y por el académico citado: “Si bien se han reanudado las liturgias públicas, la evidencia anecdótica sugiere que la asistencia es bastante baja en comparación con antes de la crisis“.

¿Un fenómeno sólo europeo o mundial?

La pandemia ha sido mundial, y la secularización un fenómeno que comienza a manifestarse a escala global. De modo, pues, que como bien señala el cardenal Hollerich, debemos

ser más cristianos, porque de lo contrario esta cultura del cristianismo, este catolicismo sólo cultural, no puede perdurar en el tiempo, no tiene fuerza viva detrás de él”.

Hasta ahí, de acuerdo. Pero es que su fuerza vital le viene del Evangelio y de los Sacramentos, es decir, de la Palabra y de la Presencia Viva del Señor Jesucristo, sin el cual nada podemos hacer. Por ello, la respuesta no puede ser, simplemente, una inspiración de corte ‘estratégico’: “reorganizarnos mejor“. Ni ideológico-humanista, por más que procure “un mejor futuro” o “una mayor justicia”.

Unidad en La Verdad

A menos que se haga en torno a La Verdad, es decir, a la Persona de Jesús, que no es un filántropo, sino el Señor, Dios, el Salvador, el “Hijo de Dios vivo”. Esto implica combatir el relativismo, la ambigüedad, la ambivalencia o la polivalencia que equipara a las ideologías y a las religiones con la Fe auténtica.

Al minar la valoración de la fe verdadera, se valida de paso el “fenómeno cultural” que denuncia el cardenal: un subjetivismo religioso que entra como un sucedáneo a ocupar su lugar y, de paso, a usurpar el lugar de Dios. Y éste no desaparecerá con miras sólo terrenales, humanistas o sociales, insuficientes e incapaces de responder a los más profundos anhelos humanos, en cualquier parte del mundo. Incluso aunque el hombre mismo renunciara a ellos, Dios no renunciará al hombre.

Unicidad, universalidad y catolicidad

En ello estriba la universalidad, la Catolicidad de la Iglesia, y de su mensaje de Salvación, sin el cual es imposible la promoción humana integral de la Persona, que no es una “partícula del universo”, una átomo suelto que se ilumina a sí mismo, una “chispa divina” o una emanación de Dios.

Es una criatura: creada a imagen y semejanza de Dios, para amarle, adorarle, servirle y, de esta manera, dejarse amar por Él. En eso consiste la humildad a la que debemos volver.

Lee el artículo referido aquí. | Imagen tomada del sitio web de la Diócesis de Canarias.


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