La Economista Vanessa Vallejo, Editor en Jefe y columnista del PanAm Post, ha escrito un artículo titulado «Cuties: una aberración creada para estimular sexualmente al espectador», del cual recogemos algunos apartes.
El artículo es bastante claro, y no sólo denuncia la hipersexualización de que son objeto las niñas que protagonizan la película, sino el objeto de la misma: “estimular sexualmente al espectador“. Y, aún más claro: normalizar la pedofilia.
Desde el subtítulo del artículo advierte:
“La directora y su equipo deben responder por poner a menores a realizar una actuación destinada y diseñada para provocar una respuesta sexual en el espectador”.
Y a la imagen que ilustra el escrito –tomada de la película– le ha adosado como comentario una parte de su conclusión:
“Debemos ser claros y condenar cualquier intento de normalización de la pedofilia. No es normal la atracción hacia menores. Tampoco es normal que una niña de 11 años se comporte como las chicas de la película”.
Luego menciona los comentarios de ‘youtubers’ y las reacciones de hombres que la han visto. Comienza absteniéndose de juzgar “las intenciones de los creadores de la película”, pero aclara la dirección en la que va su análisis: “Lo que nos importa, y de lo que sí podemos hablar con claridad, es de las consecuencias y el efecto de esta película“.
Entonces señala, una por una, las diferentes inconsistencias relacionadas con la película:
–La creadora de Cuties asegura que intenta con la película poner sobre la mesa la hipersexualización en niñas. El asunto principal es que lo hace hipersexualizando niñas.
–Disfrazar de película normal un material que puede ser catalogado como pornografía infantil… para estimular al espectador, es una forma de mover la ventana de Overton; de hacer aceptable algo que es rechazado por el común de la sociedad.
–…Se abre así la puerta para que se considere normal ver material explícitamente sexual de niñas de 11 años bajo la excusa de que es un asunto del que «hay que hablar».
–…el cine ha sido fundamental para normalizar comportamientos y poner de moda ciertas actuaciones: fumar, relaciones sexuales casuales y con extraños, que antes no involucraban menores de edad. El cine influye profundamente en la sociedad.
–¿Cuántas personas después de ver Cuties cambiarán su opinión? Los foros alertan no solo de lo inmoral que es utilizar a menores en un film de ese tipo, sino de lo peligroso que es abordar el tema de esa forma en cine.
–Hablamos de una película en la que se pone a niñas a hacer movimientos y posiciones sexuales, bailes eróticos y provocaciones a hombres.
El film constituye abuso infantil y lleva a muchos a ver material de pornografía infantil y preguntarse si tal vez es normal sentirse estimulado con los movimientos y los ángulos que se usan –a propósito–.
–Cuántas niñas verán esta película y querrán ser como la protagonista que llega incluso a publicar una foto de sus partes íntimas en redes.
–La directora de Cuties debe responder por una película en la que la cámara enfoca el área genital de las niñas, un film con escenas que son sexualmente sugestivas, y no se trata solamente de insinuación, en los bailes hacen poses directamente asociadas a actividad sexual, hablamos de poses y comportamientos anormales y antinaturales para niñas de esa edad, las han hipersexualizado para hacer las escenas.
–la directora y su equipo deben responder por poner a menores a realizar una actuación destinada y diseñada para provocar una respuesta sexual en el espectador. Esta es una película llena de escenas para estimular.
Incluso actrices como Evan Rachel Wood, pro Biden, pro Black Lives Matter, están de acuerdo en que esto se trata de abuso infantil y que hay un objetivo claro de estimular sexualmente al espectador.
Finalmente, concluye:
Debemos ser claros y condenar cualquier intento de normalización de la pedofilia. No es normal la atracción hacia menores. Tampoco es normal que una niña de 11 años se comporte como las chicas de la película, una chica con esos comportamientos necesita terapia. Y, sin importar lo que diga Netflix o supuestos expertos, nunca estará bien que una niña de 11 años tenga relaciones sexuales.
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