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Un hombre que provocó un aborto a la fuerza obliga a los medios a reconocer que muere un bebé no nacido.
Cuando a una mujer se le administran medicamentos en secreto que hacen que pierda al niño en su vientre, esto permite que la verdad sobre el aborto emerja, aunque sea brevemente, en la prensa convencional.
El caso de Stuart Worby, de 40 años, que molió una pastilla abortiva y la puso en el jugo de naranja de su pareja embarazada, es grotesco. Según The Guardian, luego le dio a la víctima varias tabletas de otro medicamento abortivo después de usar el engaño para involucrarse en actividad sexual con ella mientras estaba vendada de los ojos. La mujer, a quien la ley otorga el anonimato como víctima de un delito sexual, perdió al niño de 15 semanas que llevaba dentro.
Como lo expresó The Guardian, una publicación con una fuerte postura editorial proabortista:
«Un hombre ‘desconsiderado’ y ‘egoísta’ que le dio medicamentos abortivos a una mujer embarazada sin su conocimiento, causando que perdiera a su bebé no nacido, ha sido encarcelado durante 12 años«.
El límite de aborto en el Reino Unido es de 24 semanas, lo que significa que si la mujer hubiera abortado legalmente a su hijo, The Guardian habría negado enfáticamente que ella mató a un «bebé no nacido». Pero porque Worby lo hizo contra su voluntad, los editores permitieron que la verdad se abriera paso brevemente.
La historia de Worby es grotesca. Edmund Bickers, el fiscal, le dijo a la corte de la corona de Norwich que la mujer «quería tener al bebé», por lo que Worby usó el engaño para hacerla tragar el veneno que mató a su hijo, y que el acto fue «deliberado, bien planificado y desconsiderado».
Incluso el juez Joel Bennathan, en la sentencia del 6 de diciembre, abandonó el lenguaje pro-aborto, diciéndole a Worby: «Eres un hombre egoísta y te dedicaste a abortar al bebé sin que (la mujer) lo supiera«.
Todos sabemos que el niño no nacido es un bebé. Simplemente fingimos que no, la mayor parte del tiempo para justificar el aborto a pedido.
Además de los 12 años de prisión, Worby también recibió una orden de alejamiento permanente que le prohíbe contactar a la mujer y se le ordenó pagarle 10.000 libras esterlinas.
La madre afligida le dijo al tribunal en una declaración de impacto leída por el fiscal que no ha podido concebir nuevamente a pesar de visitar múltiples clínicas de fertilidad. «Este dolor nunca me dejará sabiendo que este bebé podría haber sido mi única oportunidad de ser madre en esta vida«, dijo. «Ser madre era un sueño para mí«.
También le dijo al tribunal que está obsesionada con el sentimiento de que «fallé en proteger a mi bebé«.
Esta trágica historia una vez más resalta una realidad rara vez mencionada sobre la legalización y el uso generalizado de la pastilla abortiva: el hecho de que ahora es mucho más fácil para los hombres obligar a sus parejas embarazadas a abortar.
Un informe de 2023 de la Heritage Foundation titulado «Pastillas abortivas, coerción y abuso» documentó el aumento de tales incidentes, señalando:
«En todo el país, los hombres obligan o incluso fuerzan a las mujeres embarazadas a tomar pastillas que inducen un aborto. Algunos usan pastillas abortivas para encubrir el abuso. No tenemos forma de conocer el alcance total de este problema. Pero sí sabemos que este problema empeorará, no mejorará, si los legisladores proaborto continúan abogando por la industria del aborto a expensas de la salud y la seguridad de las mujeres».
El informe cita un caso en Texas en 2022 de un hombre que repetidamente ponía medicamentos abortivos en la bebida de su esposa embarazada para matar a su hijo concebido no nacido; un caso en Wisconsin el mismo año de un hombre que trituró una pastilla abortiva y se la puso en la bebida a su novia, matando a su bebé de 20 semanas; un caso en Virginia en 2018 de un médico que envenenó el té de su novia con una pastilla abortiva, matando a su hijo a las 17 semanas; un caso en Kansas en 2015 de un hombre que puso una pastilla abortiva en los panqueques de su novia, provocando la pérdida de su hijo a las 8-10 semanas. Hay muchos otros ejemplos.
Ninguno de estos casos ha hecho que los activistas del aborto se detengan en su cruzada para que la pastilla abortiva esté disponible universalmente. A pesar de que estos casos pueden provocar que se diga la verdad sobre el bebé en el útero incluso en los medios de comunicación proaborto más propagandísticos, aún no ha habido un ajuste de cuentas con el hecho de que este resultado era inevitable. Como suele suceder, el aborto se vende como una cuestión de «elección», excepto, por supuesto, para los niños que incluso The Guardian llamó «bebés no nacidos» y, cada vez más, incluso muchas madres.
Fuente: Abortion pill murders by men force the media to acknowledge an unborn baby dies – LifeSite
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