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Tras varios años de investigación, recientemente concluyó la fase diocesana del proceso de canonización de la Hermana Purita, una monja cordobesa que sirvió en dicha provincia durante el siglo XX con una entrega generosa y una vida de oración.
Pura Rosa del Carmen Olmos nació en 1896 en el paraje La Cañada, actual Villa Giardino. Ingresó a la congregación de las Hermanas Carmelitas de Santa Teresa en 1917, donde profesó sus votos en 1926. Desempeñó con humildad y disponibilidad diversos servicios como maestra de novicias, superiora, ecónoma, consejera general y también enfermera, proveedora y portera.
Tras una breve enfermedad, falleció en 1965 a los 69 años de edad. Quienes la conocieron destacan su cercanía y disponibilidad permanente hacia los necesitados. Solía decir: «Soy de Dios y para Dios«.
En ceremonia presidida por el Cardenal Rossi, se presentaron las pruebas documentales y testimoniales que serán remitidas al Dicasterio Vaticano de las Causas de los Santos.
La Madre Superiora Gabriela Rizzi señaló que la Hermana Purita «vivió como heredera de la obra y el espíritu del fundador, fray José Antonio de San Alberto. Su vida estuvo marcada por la entrega generosa con misericordia y compasión hacia todos».
Los próximos pasos incluyen el examen en Roma de la documentación recogida, que certificaría sus virtudes heroicas otorgándole el título de Venerable.
Entre las pruebas presentadas se cuentan más de 500 expresiones de agradecimiento por gracias concedidas por su intercesión desde 1974, así como numerosos testimonios edificantes de personas que convivieron con ella.
Otros cordobeses ya reconocidos por su santidad son el Cura Brochero, canonizado en 2016, la Madre Catalina Rodríguez y la Madre Tránsito Cabanillas, beatificadas en 2017 y 2002 respectivamente, y el obispo Enrique Angelelli, declarado beato mártir en 2019.
La sencilla y abnegada vida de la Hermana Purita resplandece como ejemplo y estímulo para toda la Iglesia en estos “tiempos de sinodalidad”, manifestando el amor misericordioso de Dios a través de pequeños gestos cotidianos.
Fuente: “Hermana Purita”, la monja cordobesa que está en camino a ser canonizada
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