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La vicepresidenta de la Junta Policial de Vancouver, Comfort Sakoma-Fadugba, fue efectivamente forzada a renunciar después de declarar que el cristianismo está en el centro de la cultura canadiense y debería ser defendido.
El 22 de noviembre, la Junta Policial de Vancouver anunció la renuncia de Sakoma-Fadugba después de que ella denunciara la marginación del cristianismo en Canadá y la importancia de que la nación se aferre a su afiliación religiosa histórica.
“Las recientes declaraciones publicadas en las redes sociales por la vicepresidenta de la Junta Policial de Vancouver no reflejan los valores de la junta y son incompatibles con nuestro código de conducta”, dijo el presidente de la junta, Frank Chong. “Esta tarde, solicité y recibí la renuncia de Comfort a la Junta Policial de Vancouver”.
Sakoma-Fadugba, originaria de Nigeria, se unió a la junta en enero de 2022 para servir como consultora de equidad, diversidad e inclusión y fue promovida a vicepresidenta en junio de este año. Pero ahora no se reconocen para ella los mismos criterios.
La forzada renuncia de Sakoma-Fadugba se produce apenas unos días después de sus comentarios del 20 de noviembre en Instagram. En su publicación, que desde entonces se ha subido a Reddit, Sakoma-Fadugba discutió los efectos de adoptar el multiculturalismo en Canadá, explicando que, en lugar de fortalecer la cultura canadiense, el movimiento la ha despojado de unidad.
Un pensamiento por demás analítico y bastante sensato, que se enmarca en los derechos fundamentales a la Libertad de Conciencia, de Opinión y de Expresión.
“Recientemente, mi hijo fue invitado a participar en una celebración de Diwali en la escuela, y me llevó algún tiempo darme cuenta de que el impulso hacia la educación secular no se trata de religión, se trata de borrar los valores cristianos de las vidas de nuestros hijos”, escribió Sakoma-Fadugba en Instagram.
“Ahora, esos valores están siendo reemplazados por los de un nuevo grupo dominante. Primero, están participando en celebraciones de Diwali; luego, están trazando paralelismos entre los valores hindúes y los canadienses”, advirtió. “Antes de que nos demos cuenta, esos valores serán la nueva norma, y el hinduismo podría convertirse en la influencia cultural dominante”.
Sakoma-Fadugba señaló que, si bien respeta «el hinduismo y sus ricas tradiciones, si quiero una experiencia india, iré a la India«.
Hizo hincapié en la importancia de tener una religión común que una a un país y salvaguarde la cultura. Sakoma-Fadugba señaló además que la peculiaridad, a través de la comida, la música, la religión de un país, es lo que hace que cada país sea único.
“Cada país le debe a sus antepasados y a los libros de historia luchar por la preservación de su patrimonio”, escribió. “Si eso se pierde, un día todas las vidas sacrificadas por la gente, y los esfuerzos realizados para construir esa nación, se desvanecerán en la oscuridad. Poco después, todos olvidarán que alguna vez existieron”.
Sakoma-Fadugba explicó que una parte crucial de salvaguardar una cultura es preservar la religión de esa cultura.
“Todos los países de la tierra tienen una religión o sistema de creencias dominantes que sirven como su brújula moral”, dijo. “Las leyes de un país están configuradas por los valores de su religión o religiones dominantes, así como por su cultura imperante”.
“¿Cómo impactaría una brújula moral religiosa diferente? Por supuesto, la mayoría de las religiones promueven la paz, el amor y el perdón, pero pocas llegan tan lejos como el cristianismo al enfatizar la importancia del perdón como un principio central. Es este aspecto del cristianismo el que ha configurado los valores y el carácter de la sociedad canadiense, y si ese fundamento cambia, ¿qué pasa con el núcleo de lo que somos como nación?”, cuestionó.
Tras su renuncia, Sakoma-Fadugba reveló que enfrentó presiones para renunciar a la Junta Policial de Vancouver, a pesar de que sus preocupaciones son compartidas por millones de canadienses.
“Esto refleja un problema más amplio donde las preocupaciones legítimas pueden llevar a represalias, erosionando los cimientos de nuestra sociedad”, advirtió.
“Quiero extender mi más sincero agradecimiento a los cientos de canadienses de costa a costa que me han enviado mensajes de apoyo”, continuó. “Su aliento significa el mundo para mí. Amo este país y lucharé por él porque mi hijo merece crecer en un lugar donde todos puedan prosperar de manera auténtica, sin temor a la persecución”.
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