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¿Un homosexual “es” y punto, o puede cambiar? Un exgay responde

Razón+Fe entrevistó EN EXCLUSIVA al psicoterapeuta estadounidense Richard Cohen, quien en su juventud vivió una vida gay y hoy ayuda a personas con atracción hacia el mismo sexo no deseada. Este experto, duramente atacado por el lobby Lgtbi, sostiene por qué es posible restaurar la heterosexualidad, cómo la Fe facilita este proceso (aunque los no creyentes también pueden cambiar) y por qué el encuentro con las personas con sentimientos homosexuales debe hacerse desde el amor y la verdad.

-Razón+Fe (R+F): En varias ocasiones ha afirmado que la homosexualidad no es una enfermedad. Sin embargo, el título en español de su libro “Comprender y sanar la homosexualidad” (originalmente Coming Out Straight. Understanding and Healing Homosexuality) da la idea de que la homosexualidad sí es una enfermedad, porque se puede sanar o curar. ¿Qué es entonces la homosexualidad?

Richard Cohen (RC): la homosexualidad no es una enfermedad. Cuando mi libro fue publicado en español, no entendí el significado de “sanar”. No sé si ustedes tienen palabras similares, pero en inglés quiero decir: “resolver” y “restaurar” una atracción hacia el mismo sexo no deseada. No creo que se trate de “curar” a alguien, no creo que la homosexualidad sea una enfermedad. Además, debe saber que científicamente las personas no nacen con sentimientos homosexuales.

De hecho, en 2016 dos profesores universitarios de la Universidad Johns Hopkins (EE. UU.) publicaron un metaanálisis, en el cual consideraron más de 200 estudios científicos ya revisados por pares, llamado “Sexualidad y género” (“Sexuality and Gender”). Ellos mostraron que, en esencia, las personas no nacen con sentimientos homosexuales y, por lo tanto, el cambio es posible.

-R+F: ¿Por qué está tan seguro de que el “cambio es posible”?

RC: Viví una vida homosexual por muchos años, tuve un novio por tres años y varias parejas más, pero en lo profundo de mi corazón quería casarme con una mujer y tener una familia. Fue muy difícil encontrar ayuda profesional, así como en una comunidad religiosa. Nadie sabía qué hacer por mí hace muchos años atrás, entre los años 70 y 80, así que fue muy difícil el viaje para descubrir por qué experimentaba esos sentimientos homosexuales, y cuando detecté las causas a través de Dios y una buena terapia, entonces empecé a resolverlas una a una. Y hoy llevo más de 35 años de casado, mi esposa es coreana, con quien tengo tres hermosos hijos.

Personalmente sé que el cambio es posible, además doy psicoterapias hace 30 años, he ayudado a cientos de hombres y mujeres alrededor del mundo que experimentan sentimientos homosexuales no deseados, y que anhelan sentirse atraídos hacia personas del otro sexo.

-R+F: Usted prefiere decir “atracción hacia el mismo sexo” en vez de “homosexualidad”, ¿por qué?

RC: Las personas generan muchas emociones acerca de las palabras “homosexual” y “homosexualidad”, mientras que “atracción hacia el mismo sexo” resulta menos emocional.

Además, cuando decimos “homosexual”, se usa como un sustantivo: “soy un homosexual”, “ella es una homosexual”, cuando realmente es un adjetivo (que califica al sustantivo, en este caso, al hombre o a la mujer con una inclinación al mismo sexo). Todos nacemos siendo heterosexuales, pues biológicamente hombre con hombre y mujer con mujer no encajan. “Ser un homosexual” no es su identidad, no describe algo que es -ni determina quién es-, sino algo que vive. La “atracción hacia el mismo sexo” (AMS o same sex attraction) describe, precisamente, los sentimientos de esa persona, lo que vive -sin suplantar su identidad-.

El camino es amarlos en la verdad

-R+F: Usted es un hombre creyente y practicante. ¿Considera que la Fe les facilita el proceso a las personas con atracción hacia el mismo sexo para restaurar su heterosexualidad?

RC: Absolutamente. Las investigaciones muestran que las oraciones y la Fe ayudan a hombres y mujeres a resolver cualquier problema en su vida, así como que quienes no creen en Dios también pueden resolver su atracción hacia el mismo sexo no deseada. Por lo tanto, la ciencia demuestra que las personas pueden cambiar con o sin Fe, pero que aquellos que tienen Fe, oran y creen en Dios restaurarán su heterosexualidad más rápido. Hay otro elemento: si hay un sacerdote, un pastor o alguien mayor en la Iglesia que acompaña a estos hombres o mujeres, que los ame y rece por ellos, sin que tengan que vivir con la culpa o la vergüenza y estén “en el clóset”. Esto les traerá mucha más restauración a quienes buscan el cambio.

-R+F: En Colombia existen penas muy severas para cualquiera que restrinja las expresiones homosexuales en lugares públicos. Esto les plantea un gran desafío a las familias que desean inculcar una sensibilidad cristiana sobre la familia y la sexualidad en sus hijos. ¿Llega un nuevo tiempo de catacumbas para los cristianos?

RC: Este fenómeno ha sucedido, y siento decirlo, porque la Iglesia ha fallado para manejar este tema. Les dijo: “ustedes son unos poseídos por demonios” a las personas con sentimientos homosexuales. Y estos respondieron: “ok, ¿cuál es la solución?, ¿qué debo hacer? Porque me juzgan, y no tengo ningún tipo de esperanza de restaurarme ni de reconciliación”. ¿Qué podían hacer entonces estas personas? ¡Es como si les pusieran una pistola en sus cabezas! Y, por supuesto, los líderes de la comunidad Lgtbi lucharon y finalmente ganaron leyes para proteger los derechos de las personas con atracción hacia el mismo sexo, no solo en Colombia, sino también en Estados Unidos y todo el mundo.

Tenemos que asumir esto para brindarles la solución, no se trata de combatirlos, porque históricamente la guerra nunca ha resuelto nada, sea en temas políticos, religiosos o económicos. Pelear no es la respuesta. Jesús vino a enseñarnos que debemos amar en la verdad. Necesitamos el amor y la verdad juntos, por eso escribí el libro “Abriendo las puertas del armario” (Straigth talk about homosexuality), en el cual planteo cómo debemos aprender a amarlos y promover la verdad de la manera correcta en la comunidad, la cultura, la política y en la Iglesia.

Tienes razón, ahora la persecución es contra los cristianos, los católicos y personas de otras religiones, pero ¿sabes, al menos un poco, lo que sintió la comunidad homosexual al ser perseguida por unos sentimientos que nunca eligió tener? (que se pueden restaurar y no definen la identidad de la persona). Así que ahora podemos ponernos en sus zapatos, ya que experimentamos persecución por nuestras creencias, e incluso decirles: “ya sé qué se siente, por favor, perdóname por perseguirte, por no entenderte y enséñame acerca de tu experiencia, quiero aprender de ti y te amo como te ama Dios”.

-R+F: Entonces, ¿qué opina de la campaña de desprestigio en contra suya de la comunidad Lgtbi?

RC: ¡Es un muy buen punto!, porque pareciera que he sufrido 30 años por esto y que toda la comunidad de Lesbianas, gais, transgénero, bisexuales e intersex (Lgtbi) me odia, y esto no es verdad. Son solo algunos de los líderes con una influyente voz, pero tengo muchos amigos en la comunidad Lgtbi que así estén de acuerdo o en desacuerdo nos respetamos y queremos. Esos líderes usan gran plataforma, en Internet, para decir mentiras sobre mí. Cuando hablo en público, van y me gritan que soy un “homofóbico”, un “antigay”, y ¿saben qué hago? Voy adonde ellos, los abrazo, les doy un beso (en la mejilla) y les digo: ‘te quiero mucho’. Hay que tener el corazón de un niño, más cuando estas personas heridas tratan de herir a otras. No me lo tomo personal, sino que las amo más.

*Imagen principal: tomada de https://www.actuall.com

**Razón+Fe agradece el apoyo en la traducción a Julieta Acevedo (https://www.hiline.xyz/).

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