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El municipio de Emo ha sido multado con 15.000 dólares por negarse a las demandas de los activistas LGBT en 2020. «Creo que $15,000 es un nivel apropiado de compensación por el daño de Borderland Pride a la dignidad, los sentimientos y el respeto propio», escribió Karen Dawson en su decisión.
EMO, Ontario (LifeSiteNews) —En una nueva versión de «El Mundo al revés», el Tribunal de Derechos Humanos de Ontario ha multado al municipio de Emo por negarse a izar la «Bandera del Orgullo» en junio de 2020.
En una decisión del 20 de noviembre, el Tribunal de Derechos Humanos de Ontario otorgó a Borderland Pride, un grupo local de activistas LGBT, $15,000 del municipio de Emo y del alcalde de Emo, Harold McQuaker, después de que la pequeña ciudad de Ontario se negara a ceder a las demandas de los activistas LGBT y celebrara junio como el mes del «orgullo».
Los $15,000 se dividen en $10,000 pagados por Emo Township y $5,000 pagados por el propio McQuaker a Borderland Pride. Además, el tribunal ordenó a McQuaker y al Director Administrativo de la municipalidad que completaran un curso de capacitación «Derechos Humanos 101» ofrecido por la Comisión de Derechos Humanos de Ontario en un plazo de 30 días.
Poco después de que la moción fuera rechazada, Borderland Pride presentó una queja de derechos humanos, exigiendo que la ciudad se disculpara por su decisión, proclamara junio como el mes del «Orgullo» e izara la bandera LGBT durante una semana.
En abril de 2024, Borderland Pride ofreció abandonar el caso si la ciudad accedía a las demandas anteriores. «Este es un buen acuerdo. Deberías tomarlo», decía la carta de Borderland Pride a Emo. «La alternativa es seguir malgastando el dinero de los contribuyentes luchando una batalla perdida en defensa de la intolerancia y el odio».
Sin embargo, el municipio optó por rechazar la propuesta y seguir adelante con la audiencia. La población del municipio de Emo se registró en 2021 en 1.204.
La ciudad de Emo no es la única ciudad canadiense que se resiste a las demandas ideológicas LGBT. En febrero, los residentes de Westlock, Alberta, una pequeña ciudad de unos 4.800 habitantes, votaron a favor de una ordenanza que prohibía izar banderas no gubernamentales en los mástiles de las banderas municipales y pintar los cruces peatonales con cualquier patrón que no fuera el habitual de rayas blancas.
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