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El empresario francés Pierre-Édouard Stérin, de 50 años, es un multimillonario conocido por sus inversiones en restaurantes y tecnología, desde LaFourchette hasta Oh My Cream, pasando por Carmat. En una extensa entrevista con Le Point, habló sobre sus objetivos filantrópicos y políticos.
Stérin explicó que como cristiano su objetivo es «llegar a ser santo», aunque reconoce que le falta mucho camino por recorrer. Hace unos años se preguntó si después de ganar mucho dinero debería dejar de trabajar, pero decidió seguir generando ganancias para «hacer el bien». Actualmente dedica el 80% de su tiempo a los negocios a través de su empresa de inversión Otium Capital, y el 20% restante a la filantropía con su Fondo del Bien Común, lanzado en 2021, y la estructura política Périclès.
Sobre Périclès, se le acusa de querer influir en el debate público invirtiendo en medios de comunicación para apoyar a un partido o candidato de derechas. Stérin dice que es «un hombre de derecha, liberal en economía y conservador en temas sociales» y quiere contribuir a desarrollar ese pensamiento en Francia. Afirma que Périclès se centra en iniciativas ciudadanas y proyectos empresariales como think tanks, no en financiar directamente a políticos.
Reconoce que podría financiar campañas de políticos de derechas, algo que considera su derecho mientras sea legal. Niega haber apoyado a Marine Le Pen o Éric Zemmour, con quienes tiene diferencias ideológicas, especialmente en política económica con el RN. Dice que prefiere esos partidos a la izquierda o extrema izquierda. Entiende que su apoyo financiero pueda ser cuestionado, pero insiste en que es su dinero y puede hacer con él lo que quiera dentro de la ley.
Lo han llamado el «George Soros de derechas», una comparación que no le molesta, aunque dice tener diferencias importantes con el magnate progresista, como en las estrategias «woke» y de eliminación de fronteras que financia Soros.
Sobre sus contradicciones como cristiano multimillonario exiliado fiscalmente en Bélgica, Stérin dice que se fue de Francia «para mejor servir a su país». Afirma que lo que ahorra en impuestos lo reinvierte en proyectos filantrópicos en Francia, como los 60 millones de euros que donó este año de los 300.000 que se queda para vivir. Sueña con un Estado francés más eficiente que no necesite de su filantropía.
Considera que se podría gobernar Francia como una empresa, con objetivos claros y equipos competentes, algo que no ocurre ahora y que explica los malos resultados económicos y sociales. Critica la mediocridad de los políticos actuales.
Fuente: Pierre-Édouard Stérin, un ‘George Soros de droite’ – Le Salon Beige
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