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El arzobispo Aguer recuerda el legado de un mártir católico argentino asesinado por comunistas
El 22 de diciembre se cumplirán 50 años del martirio de Carlos Alberto Sacheri, quien fue acorralado por un comando del grupo terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) cuando regresaba de misa con su familia en Buenos Aires. No dudo en reconocer que su muerte fue un martirio, fruto de su caridad.
Sacheri sabía que su hora se acercaba, aunque el ataque fue en realidad una sorpresa. Casi dos meses antes, el 28 de octubre de 1974, el filósofo y maestro del nacionalismo católico Jordán Bruno Genta había sido martirizado a manos del ERP cuando salía hacia la misa en una parroquia cercana. Sacheri, un pensador católico y patriota en un país acosado por terroristas marxistas dispuestos a convertirlo en otra Cuba, entendió que él era el siguiente.
Ejerció su caridad en sus numerosas conferencias, tanto ante públicos universitarios ilustrados como en ámbitos populares. Fue un fiel servidor de la Iglesia; no se negó a hablar ante un pequeño grupo parroquial si se lo pedían. Su inspiración tomista correspondía a su estudio del Doctor Angélico bajo la dirección del Padre Julio Meinvielle.
La obra escrita de Sacheri incluye numerosos artículos y dos libros importantes, El orden natural y La iglesia clandestina. La filosofía tomista y la inspiración jurídica convergen en el primer libro, junto con la doctrina social de la Iglesia. La Iglesia clandestina se centra en los orígenes del tercermundismo eclesiástico de los años 1960 y 1970, que se basaba en una interpretación progresista del Concilio Vaticano II.
El martirio debe ser reconocido por la Iglesia durante el proceso de beatificación. Esto es lo que se ha solicitado al obispo de San Isidro, quien no ha considerado apropiado iniciar ese proceso. En su momento critiqué el fallo del canonista Vicente Llambías, quien expresó una opinión contraria. Ahora es oportuno insistir nuevamente en el interrogatorio de testigos vivos para que el eventual proceso no se convierta en una causa histórica, lo cual sería más complicado.
El 50 aniversario del martirio de Sacheri nos compromete a compartir su personalidad y pensamiento, especialmente entre los jóvenes, quienes se enriquecerán con el ejemplo de caridad que impregnó su actividad eclesial y patriótica. Sería necesario emprender una edición completa de sus obras: los dos libros, artículos no recogidos en ellos, y también una traducción de su tesis doctoral, escrita en francés, sobre «la existencia y naturaleza de la deliberación».
+ Héctor Aguer, Arzobispo Emérito de La Plata, Buenos Aires, viernes 15 de noviembre de 2024, Memorial de San Alberto Magno, Obispo y Doctor de la Iglesia.
Fuente: Archbishop Aguer remembers the legacy of an Argentine Catholic martyred by communists – LifeSite
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