Como si se tratara de un par de niños que acaban de hacer su Primera Comunión, dos palomas blancas “marchan”, literalmente, y con porte marcial, precediendo la procesión con la imagen de la Santísima Virgen María en el Santuario de las apariciones en Fátima, Portugal.

La escena conmueve no sólo por su patente y espontánea belleza, como un acto de inocente piedad hacia la Madre del Salvador, Nuestro Señor Jesucristo, sino por su icónica sencillez. Y es precisamente por ello que, tal vez, la imagen habla por sí misma: aun a pesar del silencio actual, en Fátima está viva y resplandece la Esperanza para un mundo que se hunde en la oscuridad.
Quien publicó la fotografía, escribe:
El Domingo, 14 de julio 2019, Fátima. Dos blancas palomas marcharon con la procesión…Y qué porte! Dos bellas escoltas que mandó el cielo para que veamos las maravillas de DIOS, nuestro SEÑOR, que está en todas partes, en cada detalle.
Si lo queremos ver: así honra CRISTO a su Madre. ¡Dios mío, qué bello!
Del muro de Tania Wingartz.
Fátima: entre el silencio y la esperanza
En 2010, durante su visita al Santuario de Fátima, el Papa Benedicto XVI dijo claramente:
“Se equivoca quien piensa que la misión profética de Fátima está acabada.
[…], nuestra Madre bendita ha venido desde el Cielo ofreciendo la posibilidad de sembrar en el corazón de todos los que se acogen a ella el Amor de Dios que arde en el suyo.
[…] Que estos siete años que nos separan del centenario de las Apariciones impulsen el anunciado triunfo del Corazón Inmaculado de María para gloria de la Santísima Trinidad”.
Papa Benedicto XVI, jueves 13 de mayo de 2010


