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Una polémica se ha suscitado en la Fundación para la Libertad de Religión (FFRF) por la censura de un artículo crítico con la ideología de género, escrito por el biólogo ateo Jerry Coyne.
La FFRF fue creada específicamente para luchar contra la influencia de la religión en la vida pública y promover el secularismo. Sin embargo, según el profesor de derecho Jonathan Turley, la fundación «adoptó la misma ideología por la que fue creada para combatir» al censurar el artículo de Coyne titulado «La biología no es intolerancia«.
En su artículo, Coyne argumentaba que el sexo biológico es binario y que los sentimientos no pueden alterar esa realidad. Si bien apoya la igualdad de derechos para las personas transgénero, como científico sostiene que no se puede imponer una ideología a la biología.
Esto provocó la indignación de activistas transgénero que presionaron a la FFRF para eliminar el artículo de su sitio web, lo cual efectivamente ocurrió. Ante esto, importantes intelectuales como Richard Dawkins y Steven Pinker renunciaron a la fundación en apoyo a la libertad de expresión de Coyne.
Pinker acusó a la FFRF de imponer «una nueva religión, completa con dogmas, blasfemias y herejes«. Es decir, adoptó la misma actitud autoritaria e intolerante que dice combatir en los grupos religiosos.
Según Turley, esto demuestra la gran intolerancia actual ante opiniones contrarias, que lleva incluso a un grupo ateo como la FFRF a incurrir en una «ortodoxia atea» que antes se hubiera considerado una contradicción.
El artículo censurado de Coyne ahora está disponible en el sitio web «La última resistencia de la realidad«. En él señala que la ideología de género tiene aspectos cuasi religiosos, como dogmas, creencias en lo que es evidentemente falso y tendencia a ignorar la ciencia cuando contradice la ideología preferida. Aunque la afirmación en sí es una generalización a priori y categórica sobre el hecho religioso, que no distingue entre la religión verdadera y, en cambio, la confunde e identifica con el sectarismo y las ideologías.
Es claro que en temas de identidad de género y orientación sexual, la Iglesia Católica enseña que el sexo biológico es un dato objetivo de la naturaleza humana, no una construcción social ni una decisión individual. Reconoce la dignidad de toda persona, pero no admite la idea de «identidad de género», desvinculada de la realidad objetiva, es decir, del sexo biológico.
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