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El controversial caso de la pelea de boxeo entre la argelina Imane Khelif y la italiana Angela Carini en los recientes Juegos Olímpicos de París 2024, ha desatado un intenso debate mediático y político. Ante esta situación, el reconocido médico bioeticista Renzo Puccetti, docente del Pontificio Instituto Juan Pablo II y de la Pontificia Universidad Regina Apostolorum, ha intervenido para aclarar desde el punto de vista científico por qué Khelif es un hombre.
En una entrevista al periódico Corriere della Sera, otra bioeticista, Silvia Camporesi sostuvo que Khelif es una mujer porque padece de hiperandrogenismo, un exceso de hormonas masculinas similar al síndrome de ovario poliquístico.
Sin embargo, Puccetti señala que, según los reportes, Khelif posee un cariotipo XY, es decir, una configuración cromosómica masculina. Esto llevó a la Federación Mundial de Boxeo a excluirle de las competencias femeninas, aunque el Comité Olímpico permitió su participación al considerar sus niveles hormonales.
El especialista explica que en el síndrome de ovario poliquístico la configuración genética es XX, femenina. Además, no todas las mujeres con este síndrome presentan hiperandrogenismo. Por tanto, la asimilación que hace Camporesi es incorrecta.
Puccetti subraya que cuando existe una dotación cromosómica XY masculina, al llegar la pubertad el ambiente hormonal androgénico produce modificaciones corporales tan marcadas y estables que una posterior reducción de los andrógenos no logra revertirlas. Es decir, unos niveles hormonales en rango femenino no convierten a un varón en mujer, sino en un varón con hipoandrogenismo.
Además, en el campo deportivo, la disminución de andrógenos luego de la pubertad no reduce al nivel femenino la masa ósea y muscular.
En conclusión, según Puccetti, la boxeadora italiana se vio forzada a combatir contra un atleta varón con una estructura neurológica, ósea y muscular masculina. Presentar a Khelif como mujer es incoherente con el enfoque médico-científico normal para comprender ese conjunto de alteraciones patológicas que se denominan «variaciones de las características sexuales».
Como bien puede apreciarse, no se trata de dos opiniones «igualmente válidas», aunque las expresen profesionales de la misma especialidad. Puccetti se adentra claramente y con profundidad en la configuración fisiológica, y a partir de ella explica lo que la ciencia médica estipula como “variaciones de las características sexuales”. La otra persona se contenta con una inferencia débil, sin bases reales y, por lo tanto, bastante deleznables. De allí la contundente demostración que hace Puccetti, y la contundente conclusión de que “la asimilación que hace Camporesi es incorrecta”.
Por ello, sus conceptos y juicios no tienen el mismo peso y, por lo tanto, no son “igualmente válidos” ni respetables, puede han sido debidamente controvertidos y se ha demostrado la validez del dictamen de Puccetti, en contra de la apreciación de Camporesi que se queda muy corta en argumentos y adolece de criterios sólidos: ésta ha sido “vencida en juicio”.
Fuentes:
– Entrevista de Renzo Puccetti en Facebook
– Artículo en Corriere della Sera
Fuente: Medico bioeticista interviene sul caso olimpico: la scienza dice che è un uomo.
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