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Según Shamil Ismail, analista de inversiones sudafricano y autor del libro «The Age of Decay: How Aging and Shrinking Populations could Usher in the Decline of Civilization«, el futuro se presenta sombrío debido a las bajas tasas de natalidad en la mayoría de los países.
Ismail predice que recordaremos con nostalgia los años entre 1990 y 2020 como una «Edad de Oro de Prosperidad». Sus cálculos indican que si las tasas de fecundidad siguen cayendo a nivel mundial, habrá escasez masiva de mano de obra en todas partes, excepto en África subsahariana.
La infraestructura de las economías modernas depende de grandes cantidades de trabajadores. Sin ellos, se desmorona. Ni los robots ni la inteligencia artificial pueden reemplazar labores esenciales como arreglar fugas de agua o mantener ascensores. El futuro de países como Japón, Corea o Italia podría asemejarse a la decadente y despoblada Detroit.
La pandemia de Covid-19 fue un anticipo de un mundo que envejece. Resaltó la dependencia de la sociedad en trabajadores esenciales como enfermeros, camioneros, reponedores, cocineros y fontaneros. Los empleos que requieren alta capacidad analítica son importantes, pero se necesita un número mínimo de trabajadores esenciales para que la sociedad funcione.
«El punto de inflexión crítico en el que experimentaremos los efectos de tasas de natalidad demasiado bajas no será cuando la tasa de fertilidad caiga por debajo de 2,1; sino cuando la proporción de trabajadores por persona de edad caiga por debajo de 2,0», señala Ismail.
Es poco probable que la Generación Z acepte trabajos esenciales que requieren resiliencia y menos formación. Para 2040, siete países podrían tener una escasez combinada de unos 7 millones de trabajadores. En 2050, la cifra podría llegar a 20 millones en 14 países.
La respuesta estándar es que países como EE.UU., Australia o Reino Unido abran sus fronteras a más inmigrantes. Pero esto no funcionará a largo plazo. Los trabajadores cualificados no vendrán en un mundo globalizado donde la escasez de mano de obra será generalizada. Los países deberán ofrecer grandes beneficios para convencer la inmigración.
Ismail predice que después de 2050 entraremos en «la era de la decadencia». Pinta el panorama desolador de una viuda llamada Eva que vive en un deteriorado séptimo piso, con escasez de productos y de servicios esenciales por falta de trabajadores.
Para África, en cambio, representa una oportunidad de oro dado el potencial de su creciente población joven. Podría convertirse en el «Siglo Africano».
Ninguno de los incentivos pro-natalistas implementados por los gobiernos ha funcionado. La explicación psicológica es que las mujeres anteponen ahora la autonomía, autorrealización y comodidad por sobre tener hijos. Pero ante las terribles consecuencias que se avecinan, es posible un resurgimiento religioso que vuelva atractivo el matrimonio y las familias numerosas.
Seún Ismail, en 2050 la idea de que los niños son el recurso más valioso será indiscutible. Las parejas se casarán más jóvenes, desaparecerá la opción del aborto y los anticonceptivos. Todos los niños serán deseados. Para la mayoría de occidentales, la filosofía de vida de apoyo a las familias numerosas será el cristianismo.
Fuente: ¿Estamos entrando en una era de decadencia a medida que caen las tasas de natalidad? – Michael Cook
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