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El Ordinariato de la Cátedra de San Pedro
La joya escondida: El floreciente Ordinariato católico que atrae a los jóvenes
Baje por “Shadyvilla”, una tranquila calle residencial en Houston, y se encontrará con una sorprendente vista: una imponente iglesia de piedra blanca de estilo neogótico que no desentonaría en la Inglaterra del siglo XIV.
La Catedral de Nuestra Señora de Walsingham en Houston es el corazón latiente del Ordinariato de la Cátedra de San Pedro. Rodeada de hileras de columnas de piedra blanca, el frente de la catedral está marcado por una torre en forma de castillo con cuatro figuras que representan los cuatro Evangelios sobresaliendo de la parte superior.
Esta es la Catedral de Nuestra Señora de Walsingham, el núcleo de una de las diócesis más únicas de la Iglesia Católica, el Ordinariato Personal de la Cátedra de San Pedro.
Aunque en plena comunión con la Iglesia Católica, la práctica litúrgica del ordinariato está profundamente arraigada en las antiguas tradiciones anglicanas-inglesas. Sin embargo, quizás el aspecto más interesante del ordinariato es que, a pesar de la cultura rápidamente secularizada en los EE. UU., muchas de las parroquias del ordinariato, conocidas por sus liturgias reverentes y el respeto por la tradición, están floreciendo.
Según varios sacerdotes del ordinariato, el crecimiento de la diócesis se debe principalmente a los jóvenes, especialmente a las familias jóvenes. Entonces, ¿qué está pasando y por qué tantos jóvenes y familias se sienten atraídos por el ordinariato?
¿Qué es el Ordinariato Católico Anglicano?
Cuando el rey Enrique VIII rompió con Roma y se auto proclamó cabeza de la Iglesia de Inglaterra en 1534, rompió siglos de tradición religiosa y práctica desarrollada entre los ingleses y la Iglesia Latina.
Casi cinco siglos después, tras crecientes peticiones de miembros de la Iglesia Anglicana, el Papa Benedicto XVI promulgó un documento llamado Anglicanorum Coetibus que estableció un camino para que tanto individuos como congregaciones sean recibidos en plena comunión con la Iglesia Católica.
Dos años después se fundaron tres ordinariatos: el Ordinariato de la Cátedra de San Pedro en los EE. UU. y Canadá, el Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham en el Reino Unido y el Ordinariato de Nuestra Señora de la Cruz del Sur en Oceanía.
Desde entonces, estos ordinariatos han ofrecido a los antiguos anglicanos, episcopalianos y metodistas un camino para entrar en comunión con la Iglesia Católica mientras conservan gran parte de su patrimonio inglés.
A poco más de 10 años de su fundación, el Ordinariato de la Cátedra de San Pedro cuenta con 11.255 fieles, 81 sacerdotes, siete seminaristas y 36 parroquias y comunidades en 15 estados y tres provincias canadienses.
El crecimiento del ordinariato no se ha desacelerado. Actualmente hay 14 comunidades en formación y se establecieron varias parroquias nuevas justo el año pasado.
La Iglesia Católica Presentación del Señor en Montgomery, Texas, es una de esas comunidades que después de comenzar con 90 miembros en 2019 ahora tiene más de 600 fieles asistiendo a misa todos los domingos. Debido a este crecimiento, la Presentación del Señor fue elevada al estatus de parroquia en el ordinariato hace seis meses. El edificio de la iglesia era originalmente un simple granero en los bosques del sureste de Texas. Hoy, ese granero ha sido embellecido y consagrado, y es el hogar espiritual de cientos de familias.
Complementario, no competencia
En una entrevista con la Agencia Católica de Noticias, el padre Charles Hough, rector de Nuestra Señora de Walsingham en Houston, explicó que el Ordinariato no compite con el resto de la Iglesia, sino que está destinado a ser complementario.
«Esto no es una competencia de ninguna manera; de hecho, es complementario a la misión de la Iglesia», explicó. “Si bien estamos enriqueciendo, también estamos siendo enriquecidos por esos fieles católicos a nuestro alrededor”.
El padre Hough dijo que el ordinariato existe para promover la misión evangelizadora de la Iglesia Católica para salvar almas y, al mismo tiempo, enriquecer y ser enriquecido por la Iglesia. Cree que el ordinariato puede profundizar la vida de fe de cualquier persona, incluso aquellos que han sido católicos toda su vida.
Mientras servía como sacerdote episcopal en Dallas, el padre Hough decidió convertirse a la Iglesia Católica en 2011. A través de disposiciones especiales otorgadas por el Vaticano, pudo ser ordenado sacerdote católico un año después.
Al permitirles conservar muchas de las tradiciones de la Iglesia de Inglaterra, el padre Hough dijo que el ordinariato reintegra más de 500 años de práctica litúrgica, incluida la sagrada liturgia, la música y el arte, de nuevo en la Iglesia.
Si bien sus aspectos centrales son reconocibles para cualquier católico de rito latino, la liturgia del ordinariato utiliza el Libro de Culto Divino, un misal aprobado por el Vaticano en 2015 que se nutre de fuentes anglicanas y tiene muchas particularidades anglicanas. En una misa del ordinariato, el sacerdote enfrenta el altar durante la mayor parte de la liturgia y las oraciones se dicen en una forma más antigua de inglés, llamada «el inglés del rey», que Hough dijo que ayuda a elevar aún más la misa como un espacio sagrado separado de la vida cotidiana ordinaria.
Los niños en el ordinariato reciben el sacramento de la confirmación a una edad más temprana que en la mayoría de las diócesis, a menudo al mismo tiempo que reciben la sagrada comunión a la edad de la razón.
Los miembros del ordinariato también participan en varias tradiciones únicas, como la observancia de días de ayuno adicionales, llamados «días de las témporas», y la tradición inglesa del coro vespertino.
Si bien participan en estas tradiciones anglicanas, los miembros del ordinariato también pueden experimentar la plenitud del corazón y el alma de la fe cristiana al recibir el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesucristo en la sagrada Eucaristía.
“Al permitir a aquellos que se han enriquecido con un patrimonio del ordinariato”, dijo Hough, “lo que hemos recibido de nuestros padres y se ha injertado nuevamente en la Iglesia es algo que enriquece a otras personas, incluso a los católicos de cuna”.
¿Por qué se unen las familias jóvenes?
Si bien muchas iglesias, católicas y no católicas, han luchado por llenar los bancos desde el regreso de los cierres por COVID, varias parroquias del ordinariato, incluidas parroquias en Texas, Florida y California, han estado creciendo desde la pandemia.
El padre Albert Scharbach, párroco del Monte Calvario, una histórica parroquia episcopal en Baltimore que se unió al ordinariato en 2012 y ha estado creciendo desde la pandemia, dijo a la Agencia Católica de Noticias que las familias jóvenes son el corazón de este crecimiento.
Según Scharbach, la edad media en su parroquia es de 12 años. Cuando habla con estas familias, Scharbach dijo que ha notado una respuesta consistente sobre por qué siguen regresando a la parroquia.
«Las familias necesitan alimentarse espiritualmente, esa es la prioridad», dijo. “Por lo tanto, nuestro enfoque principal aquí es llevar adelante las raíces de la fe con novedad y vitalidad. Eso es lo que buscan las familias. Tiene que estar vivo; tiene que estar fresco, pero tiene que tener raíces”.
Christopher Pagel, un diácono que pronto será ordenado en el ordinariato, dijo a la Agencia Católica de Noticias que ha visto crecer al ordinariato en todo el sur de California.
Después de ser criado como episcopal y convertirse al catolicismo en la década de 1990, Pagel dijo que quedó «impresionado» cuando descubrió el ordinariato. Desde 2015, él y su esposa, Ashley, y sus ahora cinco hijos han estado asistiendo a San Juan Enrique Newman, una parroquia del ordinariato en Irvine, California.
Atribuye el éxito del ordinariato a su énfasis en la evangelización.
«La misión principal del ordinariato es la evangelización», explicó. “Es compartir con personas que pueden haber crecido separadas de la Iglesia”.
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