Si quieres recibir noticias de actualidad sobre la Cultura de la Vida, te invitamos a seguirnos en nuestro CANAL DE TELEGRAM haciendo clic AQUÍ.
En la traducción al Inglés de un reciente documento papal se usó la nomenclatura de fecha «BCE», o «antes de la era común», en lugar del habitual «AC», o «antes de Cristo». El hecho ha sido no sólo cuestionado, sino criticado y señalado como un intento de secularizar las publicaciones vaticanas.
En los últimos días, las publicaciones en X (antes Twitter) destacaron pasajes de la carta del Papa Francisco, emitida en julio, sobre el papel de la literatura en la formación.
La sección 12 del texto de dicha carta, firmada por Francisco, contenía dos citas de escritores que vivieron antes del nacimiento de Cristo, y dice:
Las designaciones no sólo “tradicionales” sino formales de las fechas de los años, son “AC”, que significa “Antes de Cristo”, y“DC”, que significa “Después de Cristo”, y más precisamente, “Anno Domini” o “En el año de Nuestro Señor”, para designar el tiempo desde el nacimiento de Cristo. Todo el sistema está así orientado en torno al nacimiento de Cristo en “la plenitud de los tiempos” y su lugar en la historia, la cual partió en dos: antes y después de Él, como Dios y Señor. Esto es clarísimo no sólo para todo creyente, sino para todo el mundo; y debe serlo, en particular, para la Santa Sede y, con mayor razón aún, para quienes trabajan allí.
Sin embargo, en los últimos años, los términos «antes de la era común (BCE)» y «era común (CE)» se han usado para reemplazar a «AC» y «DC». Si bien BCE y CE deben en gran medida su uso más amplio a eruditos judíos en el siglo XIX, su uso se ha hecho predominar especialmente en las últimas décadas, en un claro intento de divorciar a la cultura dominante de cualquier orientación al cristianismo, a pesar de seguir el calendario gregoriano.
El extraño hecho de servirse de tal nomenclatura secular y anticristiana no ha pasado desapercibido, y ha dado lugar a fuertes críticas al Vaticano por emplear la terminología. Mientras de una parte se recusa al texto vaticano de ser “pernicioso” y representar “apostasía”, otros han sugerido que el uso del término fue ‘un error genuino’ (¿?), aunque desafortunado.
Si bien muchos han criticado rápidamente al Vaticano por emplear la terminología, el término BCE solo aparece en la traducción al inglés, en tanto las otras siete versiones lingüísticas de la carta del Papa utilizan el término «AC», aunque por ello no deja de ser extraño o, dicho de otro modo, lo cual lo hace aún más extraño.
La versión francesa se refiere a los siglos VI y III «antes de Jesucristo», al igual que las traducciones italiana, polaca, portuguesa, española, alemana y árabe.
Los comunicados de prensa y las declaraciones papales del Vaticano forman parte de un esfuerzo coordinado entre funcionarios de la Secretaría de Estado y el personal de la oficina de prensa. La oficina de prensa, a su vez, está bajo los auspicios del Dicasterio para la Comunicación.
El idioma predominante del Vaticano es el italiano. El inglés es un idioma adicional muy hablado entre varios clérigos y funcionarios laicos, particularmente con el continuo crecimiento de los medios católicos de habla inglesa con sede en el Vaticano.
A pesar de esto, numerosas imprecisiones y errores menores aparecen regularmente en los comunicados en línea de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, siendo la traducción al inglés a menudo notablemente desactualizada y menos detallada en contraste con las listas diarias en italiano.
Los problemas entre las diversas traducciones lingüísticas de los textos vaticanos no son un problema reciente, y se remontan más al pontificado actual. Por ello, con el Dicasterio de Comunicaciones recibiendo uno de los presupuestos más grandes de la Santa Sede (decenas de millones de euros), se debería prestar una atención particular a la contratación del personal y al uso adecuado de dicha suma de dinero.
Para apoyar el trabajo de R+F puedes hacer un aporte único o periódico con cualquier tarjeta débito o crédito: