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Mons. Shen Bin, obispo de Shanghái, es un claro ejemplo de los frutos del acuerdo entre el Vaticano y China que regula la elección de obispos en el país asiático. En un seminario celebrado este mes, el prelado ha pedido al clero y fieles católicos que asuman los principios del Partido Comunista Chino (PCCh).
Según fuentes citadas por el portal Bitter Winter, en el evento Shen instó a estudiar y promover documentos clave del régimen, como las resoluciones del XX Comité Central del PCCh, sin mencionar documentos ni enseñanzas del Papa Francisco. La insistencia en difundir lineamientos del partido en lugar de documentos vaticanos muestra una subordinación de la Iglesia en Shanghái al aparato estatal chino.
Entre las medidas de «sinización» que buscan alinear la religión con el socialismo promovidas por Shen, se incluyen la censura de textos religiosos, sustitución de imágenes cristianas por retratos de Xi Jinping y restricciones a la participación de menores en actividades de la Iglesia. Según la Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), estas políticas constituyen una violación a la libertad religiosa.
El nombramiento de Shen Bin en Shanghái en 2023 sin consentimiento vaticano previo, llevó a un momento de tensión diplomática, zanjado meses después cuando Francisco aprobó su designación apelando al «bien mayor» de la diócesis.
La gestión de Shen se ha convertido en símbolo de las implicaciones del acuerdo entre China y el Vaticano, que buscaba preservar la unidad de la Iglesia en China, pero ha permitido al régimen comunista consolidar su influencia sobre las estructuras eclesiales.
Fuente: El obispo de Shangai manda al clero y los fieles que sean fieles al Partido Comunista Chino
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