Para ilustrar una charla sobre la forma de corregir a los obispos y al Papa cuando se equivocan, el padre Fortea narró una impresionante experiencia personal:
“Salió de mí una voz tan bella, tan noble tan perfecta. Aunque era la mía, pero me cambió el tono de voz y le dí un mensaje en nombre de Dios. Me quedé yo mismo impresionado de lo que estaba diciendo, y como lo estaba diciendo tan bien. Y le amenacé con el juicio de Dios: ¡usted tendrá que dar cuentas a Dios!”
En referencia a la renuncia que habría hecho el obispo de asumir una grave función pastoral en su diócesis.
Aclara que no era el obispo de su Diócesis y que lo hizo en privado, apenas delante de otros dos sacerdotes.
También señaló que no es lo mismo el pecado de una oveja que yerra, ni el de un pastor, que el de un obispo. Menos aún si ha sido advertido.
Fuente: (125) 203 ¿Se puede corregir al papa o a los obispos (Carta a los Gálatas, 3ª parte) – YouTube