Un breve video analiza la respuesta “oficial” de la Santa Sede al acto blasfemo y ofensivo con el que se inauguraron los Juegos Olímpicos París 2024.
El audiovisual destaca la insatisfacción y decepción que produjo en los fieles la tibia respuesta del Vaticano, en la que no se objetó realmente el acto blasfemo. Es decir, que fue tan políticamente correcta, que no quiso “ofender” a nadie denunciando con franqueza y con valor la verdad de lo ocurrido, pero tampoco hizo lo que correspondía: defender la fe.
El análisis es muy sucinto y claro, teológicamente inobjetable, y descubre la correlación que hay entre esta típica actitud modernista y el actual estado de la Iglesia.