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El próximo 8 de febrero se celebrará en Madrid el congreso «Reconquistar España», organizado por la asociación Luz de Trento. En una extensa entrevista concedida a Infocatólica, el máximo responsable de la organización expone los fundamentos y objetivos de este evento, que coincide con el centenario de la encíclica Quas Primas del Papa Pío XI.
El dirigente explica que la elección del título no es casual y hace referencia directa a un período histórico específico: «la gran gesta iniciada por Don Pelayo, y terminada por los Reyes Católicos, que tenía como anhelo la reconstrucción de la ciudad católica arrebatada por la secta de Mahoma». Según declara, la situación actual presenta paralelismos con aquella época: «Como en el siglo VIII, nos han arrebatado lo más preciado: la libertad y la grandeza de España que giran en torno a la unidad católica».
La organización realiza un análisis crítico de los últimos 50 años de historia española, período que denominan de «demolición». El diagnóstico que presentan es severo: «Millones de niños asesinados en el seno materno y ancianos esperando la eutanasia sin los últimos auxilios de la religión; millones de matrimonios rotos con las graves consecuencias psíquicas que comporta para los niños y los esposos; juventud que aborrece de los hijos y que prefiere perros; empleos inestables con salarios paupérrimos».
En relación con la Constitución española, el entrevistado argumenta que el texto fundamental «ha negado la nación al hablar de nacionalidades» y que «el Título VIII legaliza la partición de España y fomenta cainismos a través de las autonomías». Sobre la pérdida de soberanía nacional, afirma categóricamente: «Sin moneda propia no hay posibilidad de tener política económica propia. Sin poder militar no hay poder efectivo. Si tú no mandas, otros te mandan».
Respecto a la situación familiar actual, señala que existe «un proceso legislativo contrario a la persona», que incluye «pornografía, dificultades para acceder a la propiedad: el hogar», así como políticas contrarias «al matrimonio (divorcio, feminismo), a los hijos (anticonceptivos, aborto, fecundación artificial)».
Para revertir la situación, proponen diversas medidas: «Defenestrar todas las modas que han logrado este cambio. Un amor pleno a todo aquello que se ha rechazado y olvidado por pequeño e insignificante que pueda parecernos». Enfatizan la importancia de «volver al campo: sin ciudadelas no habrá reconquista posible» y la necesidad de «crear comunidades. Frente al desarraigo moderno, el vínculo tradicional».
El congreso se presenta como un espacio de reflexión sobre estos temas, con especial énfasis en lo que denominan «reconstrucción de la ciudad católica». La entrevista, firmada por Javier Navascués, concluye con una nota de esperanza basada en la fe: «Hay también motivos de esperanza en sucesos de este mundo, la mayoría ocultos, como ocultos fueron los primeros treinta años de la vida de Jesús». El entrevistado destaca la existencia de «personas que vuelven a Dios, que le conocen, que frecuentan los Sacramentos, cuya vida gira en torno a la Misa (la de siempre, la verdadera), que luchan por adquirir virtudes para tener una sólida vida espiritual».
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