Jesucristo ha resucitado y por eso los católicos, alegres de corazón, celebramos la Pascua. El sacerdote Rafael Pascual L.C., Director del Instituto de Ciencia y Fe del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma, comparte cómo el lienzo de Turín sigue siendo un enigma para los científicos y un “signo elocuente”, aunque no indispensable, para la Fe de los creyentes. ¡Razón+Fe les desea a todos sus lectores y seguidores unas felices pascuas!
“Y si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes” (1 Cor 15, 14), afirma San Pablo a los Corintios. Por eso el llamado a los católicos para que durante este tiempo pascual, de alegría profunda, no nos quedemos solamente en la Cruz, sino que elevemos nuestra mirada hacia el Cielo, adonde apunta la Resurrección de Jesús.
Y qué mejor reliquia o huella que la Sábana Santa o lienzo de Turín, el cual, según la tradición de la Iglesia, envolvió el cuerpo de Cristo y se conserva hasta nuestros días. Aunque “no es algo necesario para la Fe del creyente, sí es un signo muy elocuente (…) el cual le lleva hacia Jesús crucificado, sepultado y resucitado”, explica el padre Rafael Pascual L.C., doctor en Filosofía, en la entrevista que le realizó el programa “La Vida es Bella” de Radio UCM (Universidad Católica de Manizales).
Razón+Fe reproduce las declaraciones del filósofo y teólogo sobre el objeto arqueológico, quizá, más estudiado en toda la historia, lo cual se evidencia en la cantidad de artículos publicados en revistas especializadas y en la investigación científica realizada en los años 70.
“No tenemos hoy ni siquiera la capacidad de producir, con la toda la tecnología que tenemos a disposición, un objeto semejante en todas las características que constituyen la Sábana Santa”, continúa el sacerdote, quien lo califica de “intrigante” para el mundo científico y de “un gran realismo” para el mundo creyente. De ahí que profundizar en la Sábana Santa sea una auténtica oportunidad de diálogo entre ciencia y Fe.
Escucha la entrevista sobre el lienzo de Turín de seis minutos.
*Foto: www.cathopic.com / adrianagonzalez