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La pequeña capilla de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en la vereda Tigrera del municipio de Santa Marta, se ha convertido en los últimos días en un punto de peregrinación para cientos de fieles católicos que aseguran ser testigos de un aparente milagro.
Según reportan medios locales, desde hace una semana se observan lágrimas brotando de los ojos de una imagen de la Virgen María que se encuentra en el altar de la capilla. Los feligreses que acuden al lugar aseguran que se trata de un mensaje divino y piden a las autoridades eclesiásticas que investiguen el suceso.
Otros medios locales han difundido imágenes y videos en los que se observan gotas brotando de los ojos de la imagen mariana, lo que ha despertado aún más la curiosidad y la fe de los creyentes. Algunos incluso viajan largas distancias para contemplar lo que consideran un milagro.
Hasta el momento, ni la Diócesis de Santa Marta ni ninguna otra autoridad eclesiástica se han pronunciado sobre la veracidad o no del aparente fenómeno sobrenatural. Sin embargo, ello no ha desalentado la avalancha de fieles católicos que acuden a la pequeña capilla ante la que asumen sin cortapisas como una clara señal divina.
Algunos expertos ya han advertido que, antes de calificar un suceso como «milagroso», debe realizarse una investigación rigurosa para descartar cualquier explicación natural o fraude. Pero para muchos de los testigos, el fervor de su fe es más fuerte que cualquier escepticismo. Y, por encima de ambas posturas, el Apóstol San Pablo es muy claro en su criterio: «No apaguéis el Espíritu. Probadlo todo y quedaos con lo bueno».
La Iglesia Católica tiene un protocolo estricto para el reconocimiento de verdaderos milagros, que incluye la conformación de comisiones de estudio integradas por teólogos, científicos y obispos. Dichas comisiones analizan en detalle las pruebas presentadas y sólo ante evidencia irrefutable se emite un pronunciamiento oficial.
En este caso, al no haber aún ningún pronunciamiento diocesano, lo ocurrido en la capilla de la vereda Tigrera sigue siendo catalogado como un aparente fenómeno sobrenatural cuya veracidad está por establecerse.
Mientras tanto, las aglomeraciones de fieles en torno a la imagen llorosa de la Virgen continúan, en medio de oraciones, cantos y peticiones de sanación milagrosa. Habrá que esperar el resultado de las pesquisas eclesiásticas para saber si, efectivamente, se está ante una señal divina o algún otro tipo de suceso.
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