Como un animal, encadenada y con un collar de hierro alrededor del cuello, Asia Bibi vivió 8 años presa en Pakistán, acusada falsamente de blasfemia por vecinos de su pueblo, luego de una discusión por un poco de agua.
Ya conoces mi historia a través de los medios. Pero estás lejos de entender mi vida diaria en prisión o mi nueva vida. Fui prisionera del fanatismo. Las lágrimas fueron los únicos compañeros en la celda.
– Asia Bibi
Madre de 5 niños, fue condenada a la horca en 2009 y se convirtió inmediatamente en un símbolo mundial contra la persecución religiosa.
Bibi le contó su historia a la periodista Isabelle-Anne Tollet, quien acaba de publicar el libro en francés, titulado “Enfin libre!” (Al fin libre). En septiembre saldrá una edición en inglés.

El libro narra detalles desconocidos sobre su cautiverio, como “el eco del mensaje de Benedicto XVI sobre el caso, las sucesivas intervenciones de los diferentes presidentes de Francia, así como la prudencia del Papa Francisco de no actuar del en el caso de Asia, a fin de no complicar aún más la delicada situación”, narró la escritora a Aleteia.
En lo profundo de mí, un miedo sordo me lleva hacia las profundidades de la oscuridad. Un miedo lacerante que nunca me dejará. Me sobresalto con el grito de una mujer. ‘¡Que muera!’ Y otras se unen. ‘¡Ahórcala!’. ‘¡Cuélgala!’
– Asia Bibi
Luego de una controversia internacional, Bibi logró su absolución el 31 de octubre de 2018, el 7 de noviembre, fue puesta en libertad y tuvo que salir con su familia rápidamente hacia Canadá, donde se encuentra asilada en una ubicación desconocida.
Según el Centro para la Justicia Social más de 1.500 personas, cristianas ahmadíes, fueron acusadas bajo la ley de blasfemia de Pakistán de 1987 a 2017.
75 personas fueron asesinadas durante ese mismo periodo acusadas de blasfemia.