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Discípulo del padre Amorth explica cuáles son las «armas espirituales» para enfrentarse a Satanás

Discípulo del padre Amorth explica cuáles son las «armas espirituales» para enfrentarse a Satanás
Escrito por Redacción R+F

El fraile capuchino Paolo Carlin es portavoz de la Asociación Internacional de Exorcistas, además de exorcista de las diócesis de Faenza-Modigliana y de Ravenna-Cervia. También se considera hijo espiritual del padre Amorth, el exorcista más popular de estos últimos tiempos.

Según cuenta Religión en Libertad, cada año escucha a unas 900 personas que acuden a él pensando que están poseídas por el demonio. Muchas no lo están, pero sufren mucho por distintos problemas y también es su labor ayudarlos en sus problemas espirituales.

Dios debe ser el centro de la vida de un cristiano

En una entrevista publicada por la revista italiana “Familia Cristiana” explicó que todos los que buscan

“encuentran a Dios de nuevo, si de verdad lo escogen a Él. Es sólo cuestión de tiempo. Un tiempo que establece el Señor. Todos vuelven a trabajar con serenidad, ven a los amigos de nuevo, redescubren la paz y la concentración familiar en el estudio. Jesús, con su luz de resurrección, atraviesa la oscuridad del maligno. Simplemente hay que volver a colocar a Dios en el centro de sus vidas, en sus pensamientos, sentimientos, comportamientos y retornará la paz y la salud”.

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El demonio es real y lucha por seducirnos y pervertir nuestros deseos

 “Luchamos contra un quién y no una cosa. El verdadero engaño de Satanás es hacernos creer que él y el mal no existen. En cambio, es el origen del mal. El mal, el sufrimiento y la muerte no fueron dados por Dios, que es el Dios de la vida. Jesús lucha contra un ser espiritual e incorpóreo, un ángel rebelde, malvado, pervertido y perversor, que afirma oponerse a Dios porque ha escogido el pecado del orgullo: creerse uno mismo como Dios [así el demonio toma la apariencia de] nuestros deseos, necesidades, proyectos, aspiraciones, sentimientos. Los pervierte. Y ahí empieza el mal. El hombre seducido por él se convierte en la causa del mal”.

Estos son los síntomas de la acción del demonio

El padre Carlin explica que “todo lo que no pertenece a la voluntad de Dios es malo. El criterio de referencia siempre es Dios. Me doy cuenta de que la acción de Satanás cuando hay arrebatos repentinos e irrazonables, sueños recurrentes y premonitorios, problemas de salud, trabajo o de afecto, y no hay explicaciones plausibles. Son realidades sospechosas. Satanás no ataca a quienes tienen el ego en el centro de sus pensamientos, sentimientos y comportamiento. Esos son ya suyos por el orgullo”.

El diablo insinúa y corrompe, influye en el indeciso. La lucha es desigual porque él es un ángel. Si uno está solo, sin Jesús, ciertamente pierde y sufrirá en esta tierra y se arriesga a la condenación eterna. Desafortunadamente, muchos no se dan cuenta de lo que sucede porque son víctimas de una pseudocultura que dice: ‘el mal y Satanás no existen’”, agrega el exorcista italiano.

Las recomendaciones son “poner en orden la vida, humana y espiritualmente, con la ayuda de un sacerdote. A la luz de Dios es como hay que tomar las decisiones, pensamientos y acciones. A nivel espiritual, hay que utilizar los instrumentos que Dios me ha dado para evitar el engaño y la tentación”.

Armas espirituales

En otra entrevista para la revista americana Catholic Digest Carlin explicó que el mismo Jesús dio al hombre unas “armas espirituales” que sirven como una protección para el cristiano, las cuales describe como una armadura, un casco, un escudo y una espada:

– El casco: Esta protección está realizada por el Evangelio, la Palabra de Dios, que protege la mente de los pensamientos obsesivos, la depresión, la confusión y el miedo. Si Jesús con sus enseñanzas y gestos está presente en nuestra mente no hay lugar para el enemigo allí. “Esto se logra mediante la repetida y constante escucha de la Palabra de Dios”, recuerda este sacerdote.

– La espada: La oración, sobre todo en momentos de tentación, bloquea el trabajo del enemigo.  La oración es el diálogo con Dios, María y los santos, y el enemigo diabólico teme particularmente el Rosario. Las oraciones de acción de gracias manifiestan un corazón humilde, que rechaza el orgullo que el enemigo busca instigar en la persona.

– La armadura: Los sacramentos son la protección del alma y el cuerpo. La Eucaristía pone en comunión íntima con Jesús y es la fuerza de los cristianos. La confesión acerca a Dios y según este sacerdote puede ser incluso más poderosa que el exorcismo en la medida en que es, como todos los sacramentos, una acción directa de Dios en la vida de la persona. Además, se caracteriza por la humildad, que contrasta con el orgullo de Satanás.

– El escudo: La fe supone el mejor escudo para el cristiano a la hora de rechazar las tentaciones y acciones extraordinarias del maligno. Se nutre al escuchar repetidamente la Palabra de Dios, a la oración constante y a la recepción frecuente de los sacramentos.

Fuente: Publicado originariamente en ReL el 11 de marzo de 2019 religionenlibertad.com

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