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Un artículo reciente firmado por The Associated Press y publicado en NBC NEWS, da cuenta del nuevo Programa de Educación Sexual en Paraguay, así como de los contenidos del currículum que lo integran. La AP titula: «El primer currículo de educación sexual de Paraguay se convierte en una oportunidad para redoblar los valores conservadores».
Pero AP controvierte el nuevo Plan de Educación. Y lo hace, precisamente, porque adopta y refuerza «los valores conservadores». Pero los cuestionamientos no pueden basarse simplemente en prejuicios ni los «análisis» en ideologías.
La agencia de prensa dice: «El plan de estudios, del que la AP obtuvo una copia, promueve la abstinencia, explica el sexo como «un invento de Dios para las personas casadas», advierte sobre la ineficacia de los condones y no dice nada sobre la orientación o identidad sexual».
Precisamente en ello estriba la fortaleza del nuevo Plan de Educación en Paraguay.
En primer lugar, porque habla claro y dice la verdad sobre la sexualidad como Don de Dios, la abstinencia como fortaleza, integridad y moderación de sí mismo, y la anticoncepción como una puerta por la que se entra en la casuística del desorden; es decir, porque se fundamenta en la moralidad de los actos humanos considerando la fecunda interacción entre el Orden Sagrado, el Orden Natural y el Orden Humano o Moral.
En segundo lugar, porque efectivamente la dimensión sexual humana no tiene por qué verse y aprenderse contaminada, bajo un prisma ideológico. ¿Por qué debería incluirse la “perspectiva de género” como si de una verdad científica, establecida e irrefutable se tratara? ¿Por qué se debe integrar a un currículum como “materia” lo que en la realidad obedece a y es un dogmatismo ideológico?
Posiblemente el Programa y algunas expresiones en él contenidas puedan mejorarse. Pero no cabe atribuir a “la catolicidad del país” las tasas de embarazo adolescente, y a partir de ello descalificar el nuevo Programa de Educación Sexual.
Todo proyecto educativo serio se fundamenta en una idea clara de qué y de quién es el Hombre, la Persona Humana. La educación sexual se fundamenta en la Dignidad de la Persona, no en prejuicios ni en ideologías. Por eso la educación real le enseña a la Persona a pensar, a descubrir, a razonar, a cuestionar, a validar y a optar en relación con la verdad, lo cual es muy diferente al supuesto acervo de “prohibiciones”, “tabúes” y “represión” que imaginan ciertos teóricos del «sexo».
La Justicia busca, ante todo, establecer la verdad de los hechos. Y ello también incumbe a la educación, en el ámbito de la sexualidad humana que obedece y responde a la verdad del hombre. La verdad es la garantía de la libertad en una sociedad justa.
Fuente: Paraguay’s first sex ed curriculum becomes an opportunity to double down on conservative values
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