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Educar a tus hijos en casa es una de las tareas más gratificantes que puede emprender tu familia.
Cada vez más familias están eligiendo educar a sus hijos en casa. Hay desafíos en el camino, pero las recompensas de la educación en el hogar superan con creces los obstáculos. Es emocionante ver a los niños alcanzar sus metas, y se puede encontrar mucha alegría al darles la oportunidad de explorar áreas que les interesan. Pero la verdadera recompensa de la educación en casa radica en la capacidad de transmitir la fe y los valores tradicionales a la próxima generación.
Ayudar a los niños a establecer metas y alcanzarlas es sin duda una parte muy gratificante de la educación en el hogar. Si las madres implementan un sistema de recompensas por objetivos cumplidos, probablemente evitarán el agotamiento y seguirán avanzando en las lecciones de sus hijos a un ritmo constante.
Algunas de las cosas que premio en mi educación en casa son completar el Desafío de Lectura de Verano de «Seton Homeschool» y celebrar el paso de cada nivel de grado. Al comienzo del verano, cada estudiante y yo hacemos una lista de libros utilizando la lista de lectura sugerida por Nuestra Señora de la Victoria y Seton para cada grado. Los niños tachan los libros a medida que los leen y dibujan la portada del libro que han leído. Mi esposo y yo invitamos a un helado a los niños que completan su lista de lectura. A medida que cada niño completa un año escolar, sin importar la época del año, llevamos a ese niño a tomar un batido solo con mamá y papá. Algunos de mis hijos avanzan mucho más lento en la escuela, así que a veces los premio cada vez que terminan un trimestre de clases. Hago una tarjeta de perforaciones y cuando se logran 9 semanas de lecciones escolares, los llevo por su cuenta a tomar un helado o una bebida especial en un puesto de café expreso.
He descubierto que a los niños les empieza a gustar establecer metas y alcanzarlas incluso sin ganar un premio. Muchas veces, la emoción de hacer listas y tachar cosas les da suficiente motivación para seguir avanzando. Otro plus de establecer metas y recompensarlas es que se puede alcanzar un equilibrio en el día de educación en el hogar. Este equilibrio se encuentra cuando no se están alcanzando las metas o se están alcanzando sin un verdadero esfuerzo. Esto hace que sea fácil ver dónde se espera demasiado poco o demasiado de un niño.
Educar a mis hijos es un deber que tomo muy en serio. A medida que mis hijos alcanzan sus metas, yo estoy alcanzando mi meta de brindarles una excelente educación católica. Esto le da tanto propósito a mi vida cotidiana y este propósito se cumple ante mis propios ojos durante cada viaje por un helado y cada casilla que se marca en los cuadernos de mis alumnos.
Otra cosa que hace que la educación en casa sea una experiencia gratificante para las madres es darles a sus hijos la oportunidad de aprender y explorar cada uno de sus intereses individuales. Mis hijas mayores, que son exalumnas de la Escuela Nuestra Señora de la Victoria, querían hacer películas. Pasaron muchas horas durante la semana de educación en el hogar aprendiendo esta habilidad. A mis hijos mayores les ha gustado mucho la lucha libre. Pudimos llevarlos a muchos torneos de lucha libre por todo el estado de Idaho. Nunca hubiéramos podido hacerlo si no fuera por la educación en casa. Mientras se preparaban para los distritos y el estado, pasaron muchas horas durante el día escolar viendo y practicando videos de Dan Gable en YouTube. Dejamos la lucha libre cuando el estado del deporte escolar público comenzó a entrar en conflicto con nuestros valores, pero mis hijos sí tuvieron la oportunidad de aprender a luchar y hacerlo bien. Mis hijos de en medio son amantes de los motores. Se les regaló un Mustang 1970 con la condición de que lo harían funcionar. ¡Y funciona! Mi hijo recableó todo el Mustang mientras su hermano menor, un poco más académico, le leía las instrucciones. Tengo muchas ganas de ver en qué estarán interesados mis hijos pequeños.
Hemos aprendido poemas, canciones populares y bailes de swing y línea occidental. Hemos practicado ballet, karate y comba china. Estamos tomando clases de actuación y ayudando a un director experimentado a desarrollar el tratamiento para su guión de película actual. Hemos grabado promociones para sintonizar programas de radio y guiones para separadores de programas. Hemos hecho una docena de películas.
Hemos aprendido a cortar y teñir el cabello, cuidar animales lecheros, mantener abejas, gallinas, conejos angora y ovejas. Nos hemos dedicado al ganchillo y la costura. Los chicos han cazado ciervos y todos hemos destazado y envuelto la carne. Hemos construido escenarios de películas, erigido una yurta y construido un muro de contención de 90 pies de largo. Hemos cultivado verduras, frutas y flores. Hemos aprendido a hacer arreglos florales y organizar fiestas de té.
Las cosas que he aprendido con mis hijos y las experiencias que hemos tenido juntos han llenado tanto mi sencilla vida. Me han cuidado mientras estaba en reposo en cama y mientras me recuperaba de cirugías. Se han cuidado unos a otros, se han enseñado mutuamente y han compartido los intereses de los demás. Incluso mis hijas aprendieron a anotar combates de lucha libre y vendieron refrigerios en los torneos de lucha de sus hermanos. Esto es lo que hace la educación en casa por las familias. Acerca a todos los miembros entre sí, ya que se benefician de los talentos de los demás, y les enseña virtudes al tener que soportar con paciencia los defectos y limitaciones de los demás. Les da a los padres ocupados un respiro del mundo, un lugar al que pueden regresar todas las noches a su propio oasis pequeño que es seguro y tranquilo.
Para ayudarse a sí mismas contra el desaliento, las madres deberían escribir el motivo por el cual están educando a sus hijos en casa. Aunque es una actividad muy gratificante, no siempre es color de rosa. Si una madre se toma el tiempo de escribir por qué está educando a sus hijos en casa, esto servirá como fuente de aliento cuando los tiempos sean difíciles y los días sean largos. Yo educo en casa porque siento que mi deber más importante es transmitir la fe católica a mis hijos. El lugar más efectivo para mí para hacer esto es en la mesa del comedor, cerca del altar familiar.
Cuando los días eran largos y se pasaba tanto tiempo preparando comidas, doblando ropa y amamantando bebés, aún sentía que estaba haciendo un trabajo fantástico educando en casa porque siempre enseñaba religión, caligrafía y matemáticas sin importar nada. Incluso ahora que hay menos distracciones en nuestro día escolar, comienzo con lecciones de religión porque esta es la razón por la que estoy educando en casa en primer lugar, para enseñar a mis hijos a conocer, amar y servir a Dios para que todos podamos ser felices con Él algún día juntos en el Cielo.
A todas esas hermosas familias que educan a sus hijos en casa, sigan con el excelente trabajo. Están realizando la labor más importante de formar niños, transmitir la fe y pasar los valores tradicionales a la próxima generación. La mayor experiencia de mi vida, además de estar casada con mi novio de la secundaria, es tener hijos y poder educarlos en casa. Ha sido un honor.
Fuente: Homeschooling your children is one of the most rewarding tasks your family can undertake – LifeSite
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