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La protección de menores con presunta o real disforia de género frente a la imposición de los llamados «tratamientos afirmativos de género», no convalidados por la ciencia ni la experiencia, según completos y muy serios estudios recientes. Esa es la prioridad del Presidente Trump al firmar la Orden Ejecutiva que los prohíbe.
El establecimiento médico estadounidense es cada vez más marginal en su defensa de estos tratamientos, frente a la evidencia sobre sus riesgos.
El presidente Trump firmó una orden ejecutiva para proteger a los menores con disforia de género de ser sometidos a procedimientos «afirmativos de género» que suelen causar daños irreparables en sus cuerpos y alterar sus dinamismos psicológicos. La orden señala:
«En todo el país hoy, los profesionales médicos están mutilando y esterilizando a un número creciente de niños impresionables bajo el reclamo radical y falso de que los adultos pueden cambiar el sexo de un niño a través de una serie de intervenciones médicas irreversibles«.
«Innumerables niños pronto se arrepienten de haber sido mutilados y comienzan a comprender la horrible tragedia de que nunca podrán concebir hijos propios o amamantar a sus hijos. Además, las facturas médicas de estos jóvenes vulnerables pueden aumentar a lo largo de sus vidas, ya que a menudo quedan atrapados con complicaciones médicas de por vida, una guerra perdida con sus propios cuerpos y, trágicamente, la esterilización«.
En consecuencia, es política de Estados Unidos que no financiará, patrocinará, promoverá, asistirá ni apoyará la llamada «transición» de un niño de un sexo a otro, y hará cumplir rigurosamente todas las leyes que prohíban o limiten estos procedimientos destructivos y que alteran la vida.
Trump también cerró el grifo de dinero federal:
«Los jefes de cada departamento ejecutivo o agencia que proporcione subvenciones de investigación o educación a instituciones médicas, incluidas escuelas de medicina y hospitales, tomarán de inmediato las medidas apropiadas, de conformidad con las leyes aplicables y en coordinación con el Director de la Oficina de Administración y Presupuesto, para garantizar que las instituciones que reciben subvenciones federales de investigación o educación pongan fin a la mutilación química y quirúrgica de niños«.
Por supuesto, los activistas habituales continúan pretendiendo que la justificación de la llamada atención afirmativa de género no se está desmoronando bajo el asalto de datos que demuestran que la evidencia de beneficio es mínima ante los peligros reales y demasiado probables.
El lenguaje utilizado en la orden ejecutiva, con palabras como «esterilización» y «mutilación», contradice lo que se ha vuelto típico y habitual, es decir, lo que se ha normalizado para justificar y no cuestionar la llamada «atención afirmativa de género» en los Estados Unidos. Y es contundente cuando califica la guía de la Asociación Mundial Profesional para la Salud Transgénero como «ciencia basura«, lo cual se aproxima más a la realidad en contraposición a lo que allí se expone.
¡Vaya! Los periodistas de alguna manera se olvidaron de siquiera mencionar que la acción del presidente es consistente con las acciones recientes tomadas por países socialmente liberales como el Reino Unido, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Francia y Nueva Zelanda. Y que estos han procedido con cautela ante la falta de evidencia de los supuestos beneficios de la «afirmación de género» y la contundente evidencia de sus riesgos y consecuencias nocivas tanto inmediatas como en el largo plazo, en el cuerpo y en la psicología de las personas sometidas a dichos «tratamientos».
Además, la llamada Asociación Mundial Profesional para la Salud Transgénero, que en la práctica no es una organización médica sino un grupo de ideólogos de género, ha sido totalmente desacreditada. El establishment médico estadounidense es cada vez más el que informa y defiende tal verdad, pero AP y demás medios no informan nada sobre ello.
Más que eso, los menores a los que arbitrariamente se les diagnostica con «disforia de género» han sido dañados físicamente por tales intervenciones, incluidas mastectomías, bloqueadores de la pubertad, inyecciones de hormonas, cirugías de reconstrucción facial y, en algunos casos, incluso extirpación genital.
Así que podrán aullar los ideólogos de género y los principales medios de comunicación despistados, pero tendrán que dejar de hacerlo algún día y rendirse ante la evidencia. Al respecto, Trump hizo lo correcto y humano.
Fuente: Gender-Dysphoric Children Protected from “Gender-Affirming Care”
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