Sesgo anti-masculino en Australia

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En 2022, el National Health and Medical Research Council (NHMRC) de Australia implementó una nueva política para mejorar la «equidad de género» en su esquema de financiamiento de subvenciones. (Lawrence Krauss informó sobre esto en ese momento para Quillette). La política fue adoptada después de una presión sostenida por parte de defensores de la equidad de género, quienes afirmaron que los procesos de financiamiento de subvenciones anteriores perjudicaban sistemáticamente a las mujeres.

En el período previo al cambio de política, el NHMRC consideró una variedad de opciones para mejorar los resultados de equidad de género en su esquema de subvenciones, incluyendo aumentar el número de subvenciones de «prioridad estructural» otorgadas solo a mujeres, garantizar que las solicitudes de subvenciones de hombres y mujeres tuvieran la misma probabilidad de éxito, y otorgar más subvenciones a mujeres en ciertas etapas cruciales de la carrera para «construir un pipeline» de mujeres en puestos de liderazgo. Sin embargo, el consejo finalmente adoptó una de las propuestas más radicales: exigir que el número total de subvenciones otorgadas a mujeres y hombres sea el mismo, independientemente del número de solicitudes recibidas de cada sexo. Los defensores celebraron esto como un paso innovador en la lucha por la equidad de género en la investigación académica.

Al año siguiente, con la política de equidad de género ya vigente, las tasas de éxito de los solicitantes masculinos se mantuvieron relativamente estables en los Niveles de Liderazgo 2 y 3 (las categorías más altas) en comparación con años anteriores, pero se derrumbaron en el Nivel 1. Estos investigadores masculinos de mediana edad soportaron la carga del compromiso del NHMRC con la equidad de género: fueron los huevos rotos en la tortilla de la equidad de género.

Como su nombre lo sugiere, el NHMRC solo financia investigaciones en salud y medicina. El otro organismo importante de financiamiento para la investigación académica es el Australian Research Council (ARC), que cubre ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), así como humanidades, artes y ciencias sociales (conocidas aquí como HASS). Después de que el NHMRC cambió su política, los activistas rápidamente centraron su atención en el ARC. En respuesta, ARC recientemente solicitó comentarios de activistas y grupos de defensa sobre una propuesta de «Revisión de la Política del Programa Nacional de Subvenciones Competitivas», que pondría la equidad de género en primer plano.

Uno de los grupos de defensa más influyentes en este campo es la organización Science in Australia Gender Equity (SAGE). SAGE ha presentado un documento recomendando que ARC «vincule toda la financiación de investigación y subvenciones a un compromiso con la equidad de género EDI [equidad, diversidad e inclusión]».

Las decisiones de asignación de subvenciones de ARC también han sido examinadas por otros defensores de la equidad de género. De hecho, la noticia de que, en cualquier ronda de financiación, más hombres han recibido subvenciones que mujeres en cualquier campo dado se difunde ampliamente por parte de los activistas como evidencia de sesgo contra las mujeres. Por supuesto, cuando se señala que las solicitudes de subvención de mujeres pueden tener una tasa de éxito equivalente o marginalmente mayor, esto generalmente no se comenta. Tal es la naturaleza asimétrica de la indignación contemporánea en línea.

Los activistas tienen razón en que los hombres reciben la mayoría de las subvenciones de investigación de ARC. Esto no debería ser inesperado, sin embargo. Es más probable que las subvenciones que no se asignan específicamente a investigadores en etapas tempranas de la carrera sean ganadas por profesores con los registros más establecidos de publicación y éxito previo en la obtención de subvenciones. Hay más hombres que mujeres en este nivel de profesor, principalmente porque los hombres tienden a tener menos interrupciones en sus carreras debido al parto y la crianza de los hijos. Esta «penalización por maternidad» explica la brecha entre los sexos mucho más que cualquier tipo de discriminación o desventaja sistémica. Lo sabemos porque las tasas de éxito de los solicitantes masculinos y femeninos han sido ampliamente similares, lo que indica que el proceso no discrimina contra ninguno de los sexos.

A pesar de la falta de evidencia de que existe un sesgo contra las mujeres solicitantes, continúa el impulso para implementar reformas radicales. Preocupantemente, no parece haber ninguna oposición organizada a los cambios radicales que implementó el NHMRC y que ahora está considerando el ARC. Se pensaría que un asalto tan directo a la idea de financiamiento competitivo de subvenciones basado en el mérito, y por lo tanto al proceso científico en sí, despertaría la preocupación en las universidades de Australia, que supuestamente están comprometidas con la excelencia en la investigación. Cuando el gobierno australiano vetó recientemente varias subvenciones de ARC en las artes y humanidades con el argumento de que no estaban en los intereses nacionales, los académicos se indignaron por la intrusión de la política en el proceso de financiamiento de subvenciones. Sin embargo, cuando esta intrusión mucho más extensa se implementó en el NHMRC, el silencio fue casi universal. Hasta donde yo sé, solo dos académicos estuvieron dispuestos a adoptar una postura pública contra la decisión: Anthony Jorm y Lawrence Krauss, ambos de los cuales expresaron su oposición a la política aquí en Quillette. Puede ser relevante que ambos científicos estén jubilados o a punto de jubilarse, por lo que no podrían sufrir consecuencias significativas en sus carreras por sus puntos de vista sobre este tema.

Los académicos heterodoxos han llegado a entender que adoptar una postura pública contra la ortodoxia progresista es un juego peligroso. Si desarrollas una reputación como forastero ideológico, puedes arriesgarte a perder las oportunidades de financiación que son el sustento de una exitosa carrera académica. Las solicitudes de subvenciones no se evalúan a ciegas; a los revisores y tomadores de decisiones se les dice quiénes son los solicitantes. Esto es supuestamente para que puedan evaluar los registros de los solicitantes y su capacidad para cumplir con la investigación que proponen. Pero también significa que los investigadores pueden ser rechazados por no seguir la línea ideológica correcta. Quizás esa sea la razón por la cual quienes creen que las solicitudes de subvenciones deben evaluarse según sus méritos científicos, en lugar de según la política de los solicitantes, a menudo expresan sus objeciones en forma de respuestas anónimas a encuestas. Nadie quiere arriesgarse a ser tachado de sexista.

Si ARC decide implementar el mismo tipo de política que NHMRC, la gran mayoría de la financiación competitiva de investigación en Australia se verá empañada por consideraciones de política de identidad. Es probable que la confianza en el proceso de asignación de subvenciones se erosione, ya que los investigadores especularán sobre si las solicitudes fueron seleccionadas simplemente para cumplir con las cuotas de equidad de género. Científicos talentosos pueden ir a otro lado si sienten que hay discriminación en el proceso de financiamiento de subvenciones. En términos más amplios, esto socavará el apoyo público a la investigación financiada por los contribuyentes tanto en ciencias como en artes y humanidades. La confianza en las instituciones educativas ya se está deteriorando, esto solo empeorará las cosas.

Fuente: Reverse Sexism in Australian Research

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