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El biofísico e investigador especializado en edición genética Jiankui He, ha vuelto a causar controversia al insistir en sus redes sociales que su trabajo de modificación genética en humanos debería ser reconocido como «uno de los avances médicos más importantes de la historia», según informa National Geographic.
En 2018, He anunció durante la Segunda Cumbre Internacional sobre Edición del Genoma Humano en Hong Kong que había modificado genéticamente dos embriones humanos, los cuales fueron implantados y llevados a término. Estas bebés, conocidas como Lulu y Nana, fueron supuestamente alteradas genéticamente para hacerlas resistentes al VIH mediante la eliminación del gen CCR5 utilizando la técnica CRISPR-Cas9.
Tras cumplir su condena, He continúa defendiendo su trabajo y busca publicarlo en revistas científicas de prestigio. Sin embargo, la comunidad científica se mantiene firme en su rechazo. Richard Sever, editor de Bioarxiv, expresó en Twitter: «¿De verdad queréis esto? -Dr. Mengele, muchas gracias por su envío, su artículo estará online en breve», comparando las acciones de He con las del infame médico nazi.
Los expertos señalan los riesgos asociados con la técnica CRISPR, que puede causar ediciones genéticas no deseadas. Como explica National Geographic: «si el proceso no fuese perfecto, Nana y Lulu podrían sufrir una enfermedad genética incurable, tener más probabilidades de padecer cáncer a lo largo de su vida, o directamente, morir por causa desconocida.»
Actualmente, la identidad y el paradero de Lulu y Nana, que tendrían alrededor de 6 años, se mantienen en secreto. La comunidad científica sigue cuestionando cómo se le permite a He continuar con sus investigaciones, dado su historial de falta de ética y responsabilidad.
La Iglesia Católica ha expresado una postura clara y firme en contra de la modificación genética de embriones humanos. En 2015, la Academia Pontificia de las Ciencias emitió una declaración que afirma:
El Vaticano considera que estas prácticas atentan contra la dignidad humana y la integridad de la creación divina. El Papa Francisco ha reiterado esta posición, advirtiendo sobre los peligros de la «cultura del descarte» en la biotecnología y enfatizando que la vida humana, desde su concepción, debe ser respetada y protegida. La Iglesia sostiene que, si bien la investigación médica para curar enfermedades es loable, no debe realizarse a expensas de la dignidad inherente a cada ser humano desde el momento de la concepción.
Fuente: El creador de los primeros humanos modificados genéticamente lanza un desafío
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