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El veterano cineasta estadounidense Clint Eastwood sigue activo a sus 94 años con el estreno de «Jurado No. 2«, su última película como director. La cinta plantea un dilema moral sobre un miembro de un jurado que descubre que pudo haber causado la muerte de la víctima de un juicio por asesinato.
Según el escritor y crítico cinematográfico Fernando Alonso Barahona, biógrafo de estrellas de Hollywood, «Jurado No. 2» es «una espléndida película, cine clásico para adultos en una época en el que casi todo parecen ser secuelas y remakes».
Alonso Barahona considera que Eastwood «siempre tendrá historias que contar, películas por filmar», a pesar de su avanzada edad. Destaca que muchas de sus grandes películas recientes como «Million Dollar Baby», «Gran Torino» o «La Mula» giran en torno a dilemas morales.
Aunque Eastwood no es católico, Alonso Barahona resalta que en varias de sus películas aparece la figura de un sacerdote católico que encarna valores positivos. Por ejemplo, en «Million Dollar Baby» y «Gran Torino» retrata a «hombres de fe, conscientes de su misión y su trabajo«.
Sobre si «Million Dollar Baby» es una película pro-eutanasia, el crítico cree que «no lo es en sentido estricto porque rehúye el carácter general y se limita a contar un drama de una persona en una circunstancia determinada».
Pero este y todos los dilemas abordados por Eastwood en sus producciones, bien podrían resolverse cada uno a favor de la justicia y de la vida dentro de la misma película, sin perder el interés humano de la historia ni el suspenso, si fueran abordados plenamente con la luz de la fe que ilumina a la razón.
Uno de los mayores desafíos que se le plantean a la Doctrina Católica hoy es «el problema del mal», del cual se culpa a Dios o, por lo menos, se le cuestiona por permitirlo. Este planteamiento suele llevar, a través de la representación de situaciones límite, a la llamada «ética de dilemas», en la que todo se reduce a un final de «cara o sello» o a una moral situacional.
Si, así como valora la labor de los «hombres de fe, conscientes de su misión y su trabajo» que incorpora como personajes importantes de sus películas, conociera un poco más a fondo dicha fe, sus cintas irían un paso adelante del suspenso, de la acción y del drama final que suponen. Pero tal vez en ello consista su misión: en dejar el camino abierto a un planteamiento que, evidentemente, no se agota en la situación límite, sino que involucra la entidad moral misma de cada uno de los personajes representados.
Hay que enfatizar que Eastwood es un actor, director y productor de cine, no un experto en Bioética. Pero tiene una conciencia moral natural que no se decanta por el buenismo fácil y esquemático, y que logra plantear la profundidad del conflicto ético más allá de la simple emotividad superficial. En sus películas, uno lidia y sufre con la psicología propia de cada uno de los personajes.
En cuanto a la trayectoria de Eastwood, pasó de ser despreciado por los progresistas a convertirse finalmente en una leyenda reconocida por su talento. El actor evita posicionarse políticamente de forma contundente, aunque se ha definido como libertario y ha apoyado a candidatos republicanos como Donald Trump.
Sus valores tradicionales y su personalidad individualista lo distancian de la corrección política imperante en Hollywood. Como dijo en una ocasión: «Está de moda conseguir que la gente se sienta culpable por diferentes cosas. A mí me da igual, porque sé en qué p*** lugar del planeta estoy y me importa un bledo«.
Alonso Barahona concluye que el triunfo de Trump en las elecciones de 2024, con más experiencia y apoyos, podría servir para romper la censura de lo políticamente correcto en Hollywood.
Fuente: Clint Eastwood pinta a los sacerdotes de sus películas como «hombres de fe conscientes de su misión»
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