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Pedro Abelló, autor del interesante artículo que referenciamos aquí, afirma categóricamente: «Hay algunas lecciones de historia que conviene aprender». Y sugiere ver el video atendiendo a lo que allí narra Roberto Centeno, pues se trata de «algo que conocemos perfectamente todos los que seguimos día a día las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos en 2020 por los medios independientes de ese país». Una alusión clara al proceso electoral de 2020, anterior al que acaba de concluir en 2024.
Luego el autor manifiesta:
Luego refiere lo denunciado por Centeno, y por qué «ese mismo fraude -al menos con la misma extensión y profundidad- no ha sido posible en 2024 y Trump ha logrado imponerse».
¿Qué valor tiene partir de tal hecho como una «lección de la historia»? En primer lugar –según el autor– “el peligro que representa Donald Trump para el proceso de globalización en el que están empeñadas las élites financieras e industriales que controlan hoy el mundo, cuyo objetivo es acabar con las identidades nacionales, culturales y religiosas por medio de la destrucción cultural y la inmigración masiva, con el propósito de constituir una dictadura mundial, objetivo radicalmente opuesto a la filosofía nacionalista y de respeto de la cultura occidental por parte de Trump”.
Y agrega:
El autor refiere que “Hay un conocido documental de 2022 que lo explica con detalle”. Se refiere a cómo se consumó el fraude electoral a partir de un apagón y luego los totales habían cambiado a favor de Biden (Ver el artículo).
Al mismo tiempo explica el contraste: “¿Por qué ese fraude no ha funcionado de la misma manera en estas elecciones que han dado la victoria a Trump?”. Algo similar a lo ocurrido en Venezuela, en donde se aseguraron de “hacerse con las actas e impedir cualquier ingreso a los colegios una vez cerrados”.
El resultado, así, fue obviamente algo «inesperado y extremadamente molesto para los “amos del mundo”».
Extrapolando los hechos a España –¿y por qué no a otros países iberoamericanos?, agregamos nosotros–, en donde el autor deja claro que «el gobierno controla no sólo los medios de comunicación, sino los altos órganos de la justicia y -particularmente- la empresa encargada de efectuar el recuento electoral (Indra)- resulta fundamental comprender que hoy no existen las elecciones limpias si esa limpieza no se consigue por la presión incansable de la población». Y se pregunta: «¿Fueron limpias las últimas elecciones en España?».
A continuación, dice algo que se ve también por nuestras latitudes, y plantea: ¿Cómo es posible que el principal partido de oposición «conociendo un eventual fraude, se hubiera negado a impugnar el resultado, blanqueando así esa hipotética acción del gobierno, del mismo modo en que ahora pudiera disponerse a blanquear de nuevo al gobierno posibilitando la aprobación de unos presupuestos que le permitirán seguir en el poder?
Precisamente, esa colusión de los políticos en torno a intereses partidistas o de otra índole, ajenos a la ética y a las necesidades reales de la población, es un esquema que se repite en cada nación, desde el llamado “primer mundo” a los denominados “países emergentes”.
Por eso, el autor apostilla:
«Que los habitantes de este país sigan cerrando los ojos ante todo esto nos hace merecedores de todas las desgracias que puedan caer sobre nosotros por nuestra desidia y nuestro conformismo culpables».
Esta es, tal vez, una de las principales lecciones de la historia que no conviene olvidar y que se nos hace necesario aprender, si queremos recuperar la institucionalidad, el orden y el buen gobierno en nuestras sobre gravadas y atribuladas naciones.
Fuente: Hay algunas lecciones de historia que conviene aprender
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