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La persecución contra la Iglesia católica en Nicaragua tiene visos de saña pocas veces vista en la historia moderna. Detrás de ella se encuentra Rosario Murillo, la poderosa esposa del dictador Daniel Ortega, a quien el pueblo llama «La Chamuca».
Murillo ha sido señalada desde hace años de ser adepta a prácticas esotéricas e incluso brujería. Si bien esto solía tomarse a broma, cada vez más voces apuntan a que efectivamente la vicepresidenta profesa creencias que mezclan elementos místicos con una distorsionada visión del cristianismo.
Los vínculos de Murillo con lo esotérico se remontan a su infancia en la década de 1950. Fue en la casa de su padre donde comenzó a relacionarse con el esoterismo, enseñada por su propia madre.
Ya en la adultez, Murillo mostró interés en convocar en 1990 un congreso de «brujería, parasicología y medicina popular» en Managua, lo que le valió durante la campaña electoral de ese año ser presentada como cercana al diablo.
Años más tarde, en 2013, Murillo ordenó la instalación en Managua de las llamadas «Arbolatas», estructuras metálicas con forma de árbol que fueron identificadas por algunos como portadoras de simbología satánica.
Otro episodio ocurrió en la ceremonia de su segunda toma de posesión como vicepresidenta en 2022, cuando mandó dibujar un pentagrama invertido en la Plaza de la Revolución. Murillo dijo haber sentido una «energía misteriosa» durante el evento.
Incluso brujas de la región, como la costarricense Morgana, afirman que Murillo es «una bruja muy poderosa». Su excéntrico vestuario y abundante joyería tendrían, según Morgana, un significado energético y servirían para conectarse con poderes ocultos.
Lo cierto es que Murillo ha demostrado una creciente animosidad contra la Iglesia católica, a la que ataca casi a diario desde los medios oficialistas. Más de 150 sacerdotes han sido expulsados de Nicaragua en los últimos años.
«Esa mujer es bruja», afirma sin ambages un sacerdote nicaragüense exiliado. Otros no dudan en calificarla directamente de «satánica». Lo concreto es que, tras años de bromas, cada vez más nicaragüenses creen que la poderosa esposa de Ortega efectivamente profesa un sincretismo que mezcla lo esotérico con una distorsionada visión del cristianismo.
Fuente: Serie | Rosario Murillo, la supuesta “bruja” que odia a la iglesia
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