Espiritual

Una Cuaresma con la mirada en Fátima

Escrito por Redacción R+F

“Penitencia, Penitencia, Penitencia” dijo el ángel con voz fuerte, señalando la Tierra con su mano derecha, según nos cuenta el “Tercer Secreto” de Fátima.

Esta época de Cuaresma es una oportunidad perfecta para vincular nuestra penitencia y arrepentimiento, con el anuncio que la Virgen dio al mundo en Fátima hace 100 años, y por el cual la Iglesia durante 2017 celebra, hasta el 26 de noviembre, un Año Jubilar.

De acuerdo con el sacerdote Andrés Apostoli, de los Hermanos Franciscanos de la Renovación, quien es una autoridad en el estudio del mensaje de Fátima (ver libro), la hermana Lucía, la vidente que más tiempo vivió de los tres niños pastores que recibieron el mensaje en 1917, aseguró que la Virgen nos enseña que a través de nuestra penitencia y sacrificios muchos corazones se convertirán hacia Dios, pecadores se arrepentirán y se hará reparación por las ofensas cometidas contra Dios.

Y ese espíritu de conversión y penitencia es algo que se puede vivir en familia, como cuenta el National Catholic Register, en su entrevista a la familia Thompson de Alabama, Esteban y María, quienes junto a sus cinco hijos (entre 4 y 13 años) son muy devotos de la Virgen de Fátima.

Esta familia ha decidido concentrarse en el mensaje que Hermana Lucia recibió en la aparición del 13 de julio de 1917:

«Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María».

María que cuenta que sus hijos han aprendido la oración rápidamente, y que les ha enseñado a repetirla en medio de las molestias normales del día, como cuando se golpean en un pie o cuando algún hermanito les pide un juguete que ellos no quieren soltar.

“Esperamos que cuando termine la Cuaresma todos mis hijos se sepan de memoria la oración”, agregan. También complementan el espíritu de esta época leyéndoles historias de santos que hacían sacrificios.

En medio de un ambiente que arrastra a los niños a la búsqueda de la auto complacencia y el egoísmo, este tipo de prácticas no sólo fortalecen su formación espiritual, sino que además tiene efectos maravillosos en la convivencia familiar.

Ayuno y abstinencia

Como explica el padre Francisco Fernández-Carvajal en sus meditaciones diarias: “Durante la Cuaresma, nos pide la Iglesia esas muestras de penitencia (la abstinencia de carne a partir de los 14 años, y el ayuno entre los 18 y los 59 cumplidos), que nos acercan al Señor y dan al alma una especial alegría; también, la limosna que, ofrecida con corazón misericordioso, desea llevar un poco de consuelo al que está pasando una necesidad o contribuir según nuestros medios en una obra apostólica para bien de las almas. «Todos los cristianos pueden ejercitarse en la limosna, no solo los ricos y pudientes, sino incluso los de posición media y aun los pobres; de este modo, quienes son desiguales por su capacidad de hacer limosna son semejantes en el amor y afecto con que la hacen»”(Meditación Cuaresma, Miércoles de Ceniza).

Como decía San Francisco de Sales en su Sermón sobre el ayuno la mortificación expresada en la abstinencia y el ayuno “fortifica el espíritu, mortificando la carne y su sensualidad; eleva el alma a Dios; abate la concupiscencia, dando fuerzas para vencer y amortiguar sus pasiones, y dispone al corazón para que no busque otra cosa distinta de agradar a Dios en todo”.

En el día a día

La verdadera conversión es la que nos lleva a ser mejores en nuestro trabajo, en nuestra vida familiar, en nuestras actividades de cada día. Al respecto, el padre Fernández Carvajal nos explica que las principales fuentes de mortificación las encontramos en “el orden, en la puntualidad al comenzar el trabajo, en la intensidad con que lo realizamos, etc.; en la convivencia con los demás encontraremos ocasiones de mortificar nuestro egoísmo y de contribuir a crear un clima más grato en nuestro entorno” (Meditación Cuaresma, Miércoles de Ceniza).

A continuación les ofrecemos otras oraciones vinculadas con el mensaje de Fátima, que valdría la pena que meditemos durante esta época cuaresmal.

Oraciones del Ángel

«Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.»

«Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os pido la conversión de los pobres pecadores.»

Oración de Nuestra Señora

«Cuando receis el rosario decid, al final de cada misterio: Oh Jesús mío, perdonadnos, libradnos del fuego del infierno, llevad al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia».

También compartimos esta campaña de Teleamiga que puede ser válida para toda la Cuaresma, no sólo para el Miércoles de Ceniza:

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