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En una reciente conferencia en el Vaticano, el Papa Francisco realizó polémicas declaraciones sobre el expresidente argentino Julio Argentino Roca, generando un intenso debate sobre la interpretación histórica y el uso de la llamada «leyenda negra» en el discurso político.
Durante la Conmemoración de los diez años del primer encuentro de los Movimientos Populares en el Vaticano, el Sumo Pontífice hizo referencia a Roca, afirmando:
«Que nadie nos robe la memoria histórica y el sentido de pertenencia a un pueblo. Aun la memoria histórica de las cosas salvajes. Nosotros los argentinos, que tenemos solo 600.000 aborígenes sobre 46 millones de gente, acordémonos de Roca que les cortó la cabeza a todos los aborígenes, una cosa vergonzosa. Memoria histórica total».
Estas declaraciones han sido cuestionadas por historiadores y analistas políticos, quienes señalan que no se ajustan a los hechos históricos documentados sobre la Campaña del Desierto liderada por Roca en 1879.
Según la Memoria del Departamento de Guerra y Marina de 1879, durante la Campaña del Desierto se registraron 1,313 «indios de lanza» muertos y 10,513 «indios de chusma» (no combatientes) prisioneros. Estos números contrastan significativamente con la afirmación del Papa sobre un exterminio total de la población indígena.
Julio Argentino Roca, quien fue presidente de Argentina en dos ocasiones, es una figura controvertida en la historia del país. Durante su gobierno, se llevó a cabo la expansión territorial hacia la Patagonia, se firmaron tratados limítrofes con Chile y se implementaron importantes reformas educativas y laborales.
Los críticos de las declaraciones del Papa argumentan que sus palabras forman parte de una «leyenda negra» que busca desacreditar ciertos aspectos de la historia argentina y occidental. Señalan que este tipo de narrativas simplificadas pueden distorsionar la comprensión histórica y promover visiones sesgadas del pasado.
Además, se le critica por utilizar su posición como líder de la Iglesia Católica para difundir una «leyenda negra» sobre la historia argentina. Sus críticos argumentan que estas declaraciones no son propias de alguien en su posición y que podrían tener consecuencias negativas en la percepción pública de la historia del país, y que la motivación detrás de estas declaraciones podría estar influenciada por su ideología política personal, más que por un deseo genuino de promover una comprensión histórica precisa. Algunos críticos ven en sus palabras un intento de reforzar narrativas políticas contemporáneas a expensas de la verdad histórica.
Julio Argentino Roca es considerado por muchos como uno de los presidentes más influyentes en la historia de Argentina. Durante su mandato, el país experimentó un período de significativo crecimiento económico y modernización. Roca fue instrumental en la expansión del territorio nacional, asegurando la incorporación de la Patagonia y Tierra del Fuego al estado argentino, lo que sentó las bases para el desarrollo futuro de estas regiones.
En el ámbito educativo, Roca impulsó importantes reformas que llevaron a Argentina a convertirse en uno de los países más alfabetizados de América Latina. Implementó la educación pública, gratuita y obligatoria, lo que tuvo un impacto duradero en el desarrollo social y cultural del país.
Además, Roca modernizó el ejército argentino y estableció importantes acuerdos limítrofes con países vecinos, contribuyendo a la estabilidad geopolítica de la región. En el ámbito laboral, sentó las bases para importantes leyes de protección al trabajador, incluyendo la jornada laboral de ocho horas y la prohibición del trabajo infantil. Estos logros contribuyeron significativamente al progreso de Argentina y a su posicionamiento como una de las economías más prósperas del mundo a principios del siglo XX.
Fuente: El Papa Francisco impulsa la leyenda negra contra el expresidente Julio Argentino Roca
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