“Sine dominico non possumus”: Sin el Domingo no podemos
En este memorable e histórico discurso, el Senador italiano Simone Pillon, denunció ante el Parlamento de su país el abuso de autoridad por parte del gobierno, que se atrevió a legislar minuciosamente hasta en la Liturgia, disponiendo las rúbricas que se podían o no hacer en la Santa Misa, y hasta el cómo.
El Senador Pillon reclamó, con la fuerza y vehemencia propias de un auténtico cristiano, la apertura de los templos y el retorno de la Santa Misa, respetando la autonomía de Iglesia en esta materia.
Y sustentó su reclamación evocando y recordando a los mártires del África proconsular, afirmando que los artículos de la Constitución italiana que garantizan el respeto a la libertad religiosa y dicha autonomía, han sido escritos “con la sangre de estos mártires“ que no permitieron que se les arrebatara el Domingo, es decir, la Sagrada Eucaristía y la Santa Misa.

