El escándalo generado por un diseño oculto en unas muñecas infantiles de Hasbro (Trolls World Tour Giggle and Sing Poppy), que al tocar un botón escondido en sus partes íntimas hacía que rieran e hicieran exclamaciones de forma poco infantil, llevó a la empresa a suspender la comercialización de las muñecas en todo el mundo.
Al momento de tomar la decisión, la compañía ya había recibido más de 500 mil peticiones de padres de familia, que acusaban a Hasbro de «promover al abuso infantil».
A través de un comunicado la empresa intentó justificar el diseño de una forma que resultó poco convincente para la opinión pública:
«Esta función fue diseñada para reaccionar cuando la muñeca estaba sentada, pero reconocemos que la ubicación del sensor puede percibirse como inapropiada», dijo Julie Duffy, vicepresidente de comunicaciones globales de Hasbro.
¿Abuso corporativo?
Un usuario de Twitter planteó que además de la falta de información en el empaque y el tipo de sonidos, habría otros indicios que apuntarían a que Hasbro estaba tomando una decisión conciente de promover la sexualización temprana de los niños: el uso de colores propios los movimientos trans y pedófilo.
En efecto, el esquema de colores de la muñeca coincide la bandera del Orgullo Trans:
Así como la bandera utilizada por una comunidad que se identifica como de «Personas no criminales con atracción sexual a menores» (NOMAP):
También señalan el logo de la marca Trolls como un símbolo gnóstico llamado ouroboro: