La renuncia anticipada del actual “decano” de la Corte Suprema de Justicia de Brasil, Celso de Mello, tres semanas antes de cumplir los 75 años, ha puesto los ojos en Bolsonaro, quien ahora tiene que designar a su sucesor.
Bolsonaro ya había dicho en varias ocasiones que, de darse la oportunidad, nombraría a un reemplazo “terriblemente evangélico”.
Algo que habría confirmado el pasado lunes en la Convención General de las Asambleas de Dios en Brasil (CGADB), en donde según Globo habría dicho [que] los próximos candidatos a la Corte Suprema Federal (STF) estarán en línea con los “valores” de su gobierno.
Se espera que en lo que falta de su mandato pueda nombrar dos magistrados, y Bolsonaro habría dicho que uno sería evangélico y el otro conservador.
El magistrado saliente había dicho que estaba de acuerdo con la aprobación del aborto en casos excepcionales, afirmando que era necesario poner en una balanza el derecho a la vida del bebé por nacer, por un lado, y las directrices de las conferencias internacionales sobre la mujer y la responsabilidad con el control del crecimiento poblacional, por el otro.
En distintas oportunidades Celso de Mello votó a favor de conceder la libertad a médicos investigados por realizar abortos, legalizar el aborto de bebés con anencefalia y argumentó que la penalización del aborto violaría tratados internacionales firmados por Brasil.
Bolsonaro tendrá que elegir de la lista tripartita de 33 candidatos conformada por tribunales, abogados y fiscales.
Los más opcionados son los ministros de la Secretaría General, Jorge Oliveira y de Justicia, André Mendonça, quien es pastor evangélico; y dos magistrados del Tribunal Superior de Justicia: João Otávio de Noronha y Humberto Martins.