Si quieres recibir noticias de actualidad sobre la Cultura de la Vida, te invitamos a seguirnos en nuestro CANAL DE TELEGRAM haciendo clic AQUÍ.
Así fue el discurso luego de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos:
En las primeras horas del 6 de noviembre, Trump se dirigió a sus seguidores tras haber ganado las elecciones presidenciales de 2024. En su discurso, que tuvo lugar en West Palm Beach, Florida, Trump calificó su campaña como «el movimiento político más grande de todos los tiempos».
El presidente electo declaró –y no es grandilocuencia ni megalomanía– que su victoria electoral llevará a una «era dorada de Estados Unidos». En tal sentido, hizo referencia al fallido intento de asesinato en su contra durante un mitin en Pensilvania el 13 de julio: «Mucha gente me ha dicho que Dios salvó mi vida por una razón, y esa razón fue salvar a nuestro país y restaurar la grandeza de Estados Unidos«.
¿Presunción? ¿Mesianismo? ¡Por supuesto que NO! Durante la campaña a la Presidencia de los Estados Unidos, Harris y sus copartidarios, incluida la prensa, decían que había “fanatismo religioso” entre los seguidores de Trump por el sólo hecho de calificar como “diabólico” al aborto; valiéndose de ello, se fueron lanza en ristre contra Trump por haberse rodeado de personas competentes que no temen decir que son Católicas y presentar políticas de gobierno enmarcadas en el auténtico servicio al Bien Común.
Hoy el panorama político deja claramente en evidencia la feroz batalla que se libra en el ámbito social: una auténtica lucha sin tregua entre el Bien y el Mal: el Bien encarnado en los Principios Cristianos que fundamentan la Dignidad de la Persona y toda posibilidad de Orden Institucional y Social; y el mal encarnado en políticas que contravienen la Dignidad de la Persona Humana, convirtiéndola en objeto de experimentación y de manipulación de las ideologías y de la reingeniería social anticristiana, proponiendo no sólo el aborto, sino la adulteración de la Familia y la rebelión contra el Orden Natural, contra la realidad biofisiológica y psicológica.
Teniendo esto claro, las palabras de Trump con respecto a la salvación del país y restaurar su grandeza para propiciar una “era dorada”, no son una fantasía ególatra ni una utopía religiosa, sino la expresión del papel y de la responsabilidad que Dios le ha otorgado a dicho país en la historia y en el concierto de las naciones. Cada gobernante de los Estados Unidos tiene una específica responsabilidad ante el mundo y, principalmente, de cara a Dios. Y Donald Trump, a pesar de sus defectos, ha sido un hombre no sólo abierto a Dios, sino que le ha puesto por delante de sí mismo. Ahora los estadounidenses tienen a su vez el deber y la responsabilidad de acompañar a su Presidente en la Reconstitución y reconstrucción de su país. Rogamos a Dios que todos ellos estén a la altura de semejante tarea y responsabilidad universal.
«Voy a gobernar con un simple lema: ‘Promesas hechas, promesas cumplidas‘», afirmó Trump. Una de estas promesas fue poner fin a la guerra en Ucrania y en Oriente Medio. Citando su previo mandato como presidente, dijo: «No tuvimos guerras, excepto que derrotamos al ISIS en tiempo récord«.
«¡Dijeron que él comenzaría una guerra! ¡No voy a comenzar una guerra, voy a detener las guerras!», exclamó Trump, probablemente aludiendo a sus promesas de negociar acuerdos de paz en Ucrania y Oriente Medio.
Entre tanto, los republicanos se perfilan para obtener el control del Senado con al menos 51 escaños, aunque el control de la Cámara de Representantes aún no se conoce.
Fuente: Trump victory speech: ‘Many people have told me that God spared my life for a reason’ – LifeSite
Para apoyar el trabajo de R+F puedes hacer un aporte único o periódico con cualquier tarjeta débito o crédito: