Este tipo de noticias son difíciles de manejar, pues como fieles católicos nos generan una dura tensión: la solidaridad con los miembros de nuestra Iglesia, especialmente los consagrados cuando son difamados y la justa indignación con quienes abusan de ella y la hieren, con gravísimas consecuencias para la fe, para las personas afectadas y para sus propias almas.
Sin embargo, debido a que varias evidencias (como la red de abuso sexual dirigida por el Cardenal McCarrick en EE.UU.; el caso de Marcial Maciel en México, o el de la presunta red de pedofilia que involucra a 36 sacerdotes en Villavicencio) han revelado las debilidades internas para prevenir y enfrentar estos casos, así como la fuerza que ha tomado una cultura homosexual al interior de la Iglesia.
Consideramos necesario que los fieles estén atentos y denuncien cuando sea oportuno, pidiendo siempre garantías para la defensa de los acusados, esperando que brille la verdad para culpables e inocentes, así como ofreciendo oración y sacrificios por la conversión de todos los pecadores que formamos parte de la Iglesia.
«Todo un sacedote haciendo esto. Increíble», grita una fiel católica del barrio Chicalá (Bosa, Bogotá), indignada, como los vecinos, con el comportamiento de un sacerdote que estaría buscando a jóvenes de la zona para tener relaciones homosexuales con él.
En la nota difundida por Noticias Caracol hablan dos hombres que habrían acordado encuentros sexuales con el párroco, y que ahora quieren «desenmascararlo».
Nos encontramos ahí [en una esquina], y cuando me di cuenta veníamos era para acá [la casa cural].
Se muestra desnudo [en una página de internet], exhibiendo sus partes íntimas para llamar la atención para que uno acceda y se acueste con él.
Una denuncia ante la Fiscalía aseguraría que el sacerdote invita a jóvenes a charlar, y una vez que está con uno de ellos les ofrece entre $100.000 y $150.000 para tener relaciones sexuales dentro de la parroquia.
En Blu Radio aparecieron dos entrevistas más a testigos de la conducta del sacerdote:
Yo me alarmé al darme cuenta que era un sacerdote, entonces él me ofreció plata. Él me dijo: ‘yo le voy a ofrecer tanto dinero para que esté conmigo y se quede callado’.
Yo me lo contacté también así, a través del aplicativo. Estuve aquí [en la parroquia] una vez. Me invitó, estuvimos ahí, pasamos un rato agradable, yo no pensé que fuera el sacerdote.
La protesta callejera que tuvo lugar el pasado martes 9 de junio, generó la reacción de quienes defienden al párroco, desembocando en un conflicto de orden público al que debió acudir la Policía.
El joven párroco al ser entrevistado por el periodista de Caracol Televisión, visiblemente nervioso se defendió diciendo que era un montaje, y que le parecía muy extraño que en las fotos en las que supuestamente aparece desnudo, no se vea su tatuaje.
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