El Departamento de Justicia Trump se ha alineado con una pequeña comunidad protestante de Virginia, perseguida judicialmente por haber realizado un servicio religioso presencial, en favor de los afectados por la pandemia del coronovirus, entre quienes se encontraban adictos a las drogas y prostitutas, en busca de apoyo espiritual y quienes no tienen conexión a internet.
El pastor de la comunidad religiosa El Faro en la isla Chincoteague (Virginia, EE.UU.), fue citado el 5 de abril por haber realizado una reunión con 16 personas en un espacio acondicionado con 225 sillas, cuyas superficies habían sido fumigadas y donde los asistentes guardaron una distancia de 3 metros y recibieron líquidos antibacteriales.
Para muchos creyentes la práctica de la religión es esencial, especialmente en tiempos de crisis”, dijo Eric Dreiband, fiscal delegado de derechos humanos del Departamento de Justicia
El 3 de mayo el Departamento de Justicia de Trump intervino pidiendo que se suspendiera cualquier sanción en contra de la comunidad religiosa, y cuestionó que el Estado de Virginia permita reuniones de más de 10 personas a las licorerías, las tiendas decoración y las lavanderías, mientras excluye a las iglesias.
“La comunidad de Virginia no ha ofrecido una justificación clara para desconfiar de los congregantes que tomen medidas de protección en sus oficios religiosos, como si lo hace con los contadores, los abogados y otro tipo de trabajadores a quienes si se les permiten sus actividades. El Departamento de Justicia seguirá monitoreando cualquier violación de la Constitución y de otras libertades civiles y tomará las medidas necesarias cuando sean apropiadas”, concluyó el Fiscal Dreiband.
Fuente: ‘Exercising Religion Is Essential’ – Trump DOJ Sides with Virginia Church – Michael Foust