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Promujer, primer año salvando inocentes del “Herodes” del aborto

Razón+Fe habló con Karla C. Correa, vocera del centro Promujer, “Orientación al embarazo en crisis”, que hace un año exactamente abrió sus puertas frente a la IPS abortista Profamilia en Medellín, atendiendo a 250 gestantes que le han dicho “sí” a la vida de sus bebés. Ahora que la Iglesia Católica conmemora a los Santos Inocentes, conoce el testimonio de esta valiente obra de la Red Antioquia Provida que batalla en una ciudad donde practican abortos “porque sí”.

-Razón+Fe (R+F): ¿Cuál ha sido la mayor satisfacción y la mayor “frustración” (de cara a Dios todo es ganancia) durante el primer año de vida de Promujer?

-Karla Cristina Correa (KC): La mayor satisfacción es cuando llegan las mamás con sus bebés nacidos, así como cuando nos envían fotos, videos y expresan que están muy contentas. ¡Ver al bebé, la vida como tal! Es un regalo visible. También es muy satisfactorio cuando las convocamos a nuestras charlas y llegan con otro sentido de vida, otro semblante.

¿Y una frustración? Recuerdo mucho un día, a finales de octubre, en plena campaña de 40 Días por la Vida, cuando vimos salir a una chica llorando de Profamilia. La acogimos y empezamos a hablar con ella, estaba todo listo en el quirófano para que le practicaran el aborto y era muy fuerte la presión del papá del bebé para que lo hiciera. Me conmovió muchísimo, empezamos a pedir mucha oración por ella y sé que hubo un momento en que ella se estaba arrepintiendo… sin embargo, la vimos entrar de nuevo a Profamilia y lo hizo. Es como si vieras que van a atropellar a una persona y no puedes hacer nada para evitarlo. Paradójicamente ese día 10 mujeres se hicieron la prueba de embarazo con nosotros y les hablamos del valor de la vida.

Hace unos 20 días, además, rayaron varias paredes aledañas a nuestra sede con letreros de color negro que decían “aborto libre”, lo cual se podría ver como una dificultad, pero creo que es más una reacción al trabajo que estamos haciendo. Es decir, nos están reconociendo.

-R+F: Antes la maternidad se veía comúnmente como un don o regalo anhelado, y ahora se estigmatiza como una enfermedad o un obstáculo “a superar” a toda costa. ¿En qué radica que hoy hablemos de “embarazos en crisis”?

KC: En la negación del don natural de la maternidad. Estamos inmersos en una cultura de la muerte, antivida, promovida sobre todo por el feminismo radical. En un principio el feminismo tuvo buenas intenciones, como que las mujeres pudiéramos votar y obtuviéramos salarios más justos, pero aquello de “igualarnos” a los hombres solo nos lleva a quitarnos el don de custodiar la vida, nos roba el don de la maternidad.

También está el desorden sexual, cuya raíz está en que el ser humano busca saciarse con placeres pasajeros y no por el Amor de Dios, lo cual lleva a la contracepción y al aborto, así como la vanidad de la mujer, quien se siente ansiosa por los cambios que un embarazo le trae a su cuerpo o se preocupa por lo económico, teniendo en cuenta que hoy en día es más independiente y prefiere utilizar su dinero en viajes o cirugías plásticas. La vanidad la ciega y no le permite donarse a otra vida.

Desde nuestra experiencia en Promujer, las mujeres embarazadas que atendemos viven, por lo general, en condiciones precarias y se sienten solas, pero al mostrarles que sí hay salida y que no están solas, muchas cambian de parecer y aceptan a sus bebés.

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-R+F: ¿Y cómo afrontan u orientan estos embarazos en crisis?

KC: Partimos de que cada mujer, su alma y su historia es diferente, única. Detrás de lo que nos va contando descubrimos lo que hay en su corazón y qué la lleva a pensar en abortar. Buscamos que ella misma se percate de la ley que está inscrita en su corazón, la ley natural, la cual la lleva a dar vida, no a acabarla, y cómo esto hace que sea realmente feliz. Le abrimos los ojos y le despertamos, por así decirlo, su propia naturaleza. También le hablamos del síndrome posaborto y, lo más importante, es que estamos con ella y sabe entonces que no está sola, porque su embarazo en crisis pasará, como pasan todas las situaciones difíciles de la vida. Somos una voz de la esperanza que despierta su conciencia.

Cortesía de Promujer.

-R+F: Aparte del apoyo psicológico, médico y espiritual que ofrecen, ¿en qué consiste el apoyo económico, jurídico y de vivienda a aquellas mujeres que afrontan un embarazo inesperado?

KC: Todo lo que ofrecemos se llama un proceso integral, en el cual vemos en cada persona su necesidad, que es diferente en cada caso, pues hemos atendido mujeres de estrato altos quienes requieren otro tipo de apoyo. En todo caso, hacemos énfasis en sanar y cimentar la raíz espiritual, pues no se trata de tapar huecos en lo material, sino de ir a fondo.

En cuanto al apoyo de vivienda tenemos una alianza con una comunidad religiosa, donde reciben a chicas embarazadas mayores de edad; en lo material les damos el primer ajuar del bebé, y en lo jurídico nos apoyamos en abogados que asesoran a las gestantes cuando, por ejemplo, son menores de edad y el papá del bebé las está presionando para que aborten o las echan de sus casas. Este año se presentaron más mujeres venezolanas, a quienes orientamos para que accedieran a los servicios de salud. Nos valemos de redes humanas, quienes voluntariamente ofrecen sus profesiones para ayudar a estas mujeres. No queremos ser asistencialistas, pero sí brindamos ciertos alicientes materiales que consuelen sus corazones.

-R+F: ¿Por qué hablan de restaurar el vínculo madre e hijo, cuando esta ha decidido decirle “sí” a la vida?

KC: La conexión entre mamá e hijo es algo tan impresionantemente fuerte, que desde el momento en que ella rechaza el embarazo, independiente del tiempo de gestación, se genera una herida en el bebé. Hay una gran diferencia cuando la reacción de la mamá al enterarse de que está embarazada es sonreír, porque está abierta a la vida y produce una “inyección” de amor al bebé.

Por eso desarrollamos el programa “Mujer es vida”, que a su vez les permite a las mamás sanar sus propias heridas. Junto con la fundación Dulce Hogar les ofrecemos charlas y encuentros periódicos para que comprendan que han sido creadas por amor y para amar, la importancia de la comunicación con sus bebés en el vientre y que vayan a la raíz de sus historias personales. Les ofrecemos la parte espiritual y las mamás pueden pedir más apoyo, también en lo psicológico.

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La infame sentencia que despenalizó el aborto en Colombia

-R+F: En Colombia una sentencia judicial despenalizó el aborto en tres casos específicos, pero en la práctica se realiza como si estuviera legalizado, en cualquier caso. ¿Cuál ha sido su experiencia al respecto?, ¿cuál es la causal por la que más acuden las mujeres embarazadas a Profamilia, de acuerdo a quienes han rescatado de cometer un aborto?

KC: En el último rescate que hubo, la mamá nos mostraba su asombro de cómo al llamar a Profamilia no le preguntaron si había sido violada, si ella presentaba algún problema de salud por el embarazo o si su bebé venía enfermo, sino que simplemente le asignaron la cita para la “IVE” y le dijeron que el costo oscilaba entre los $400 mil y $600 mil, dependiendo de cómo le fuera en el “procedimiento”. Días antes, además, recibimos a una mamá venezolana que, escandalizada, nos contaba cómo en “La Piloto” -en la comuna Manrique- los mismos médicos les ofrecían a las mujeres embarazadas el aborto, sin que estas lo solicitaran, mejor dicho, practicando abortos porque sí. Así estamos.

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-R+F: ¿Es posible encontrar una “fórmula mágica” para acabar con el asesinato de inocentes en el vientre materno?, ¿en qué raíz enfocarnos para que la mujer no contemple esto, ni en lo mínimo?

KC: Sí existe una fórmula, pero no mágica, por el contrario, cuando se menciona pareciera una bomba de tiempo, como si estuvieras hablando de algo malo o imposible de vivir: la castidad.

La castidad es igual a amor puro y desinteresado, a donación. Hoy en día, lastimosamente, muchos piensan que esto solo aplica para la vida religiosa, cuando también es para el matrimonio y, obviamente, el noviazgo. Es el significado perfecto de amor, y nuestra raíz como seres humanos es el amor. No es mágica, pero sí trabajada, y la que perfecciona esa ley natural del corazón. Precisamente, un reto que tenemos para el 2019 es formar en la castidad a las mamás que le han dicho sí a la vida y han tenido a sus bebés.

*Más información aquí: http://redantioquiaprovida.org/www/

Promujer en Bogotá

En septiembre de 2018 abrió sus puertas el centro Promujer en Bogotá, ubicado en el barrio Teusaquillo, donde el movimiento provida ha detectado, por lo menos, unos 80 abortorios, entre IPS reconocidas, como Profamilia y Oriéntame, y otros clandestinos que practican los abortos bajo la fachada de sitios que ofrecen ecografías 3D.

También trabaja en la prevención del aborto, atendiendo a mujeres en crisis por un embarazo inesperado y a través de charlas “Eduquémonos en el amor”; apoya vigilias de oración frente a centros abortistas, así como a las mujeres que dicen “sí” a la vida o que han abortado, mediante ayuda material, emocional, psicológica y espiritual, y los retiros de sanación postaborto de “El Viñedo de Raquel”.

*Imagen principal: con fotos facilitadas por Promujer y Red Antioquia Provida.


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