Muy temprano en la mañana BLU Radio informó que, a pesar de que Santos había indicado que asistiría a la misa campal del Papa Francisco en Medellín, tal como lo había hecho en Villavicencio y Bogotá, y que según el alcalde Federico Gutiérrez, «tal vez se ubicaría cerca del expresidente Álvaro Uribe Vélez durante la misa campal», el presidente Santos finalmente cambió de opinión y sólo irá el Vicepresidente Naranjo a esa ciudad.
Aunque los medios dicen que la cancelación se debe a «motivos desconocidos«, es de público conocimiento que cada vez que la imagen del mandatario salía en las pantallas del Parque Simón Bolívar, una buena parte del público le demostraba su rechazo con abucheos y chiflidos.
Lo encontraronnnnnnnnnn
Aquí tienen la rechifla a Santos en el Parque Bolívar#NoSeDejenEngañarDeSantos pic.twitter.com/aVs1yqhMOm
— ferna piensa (@fernapiensa) 9 de septiembre de 2017
Ese recibimiento contrastó con el de Uribe en Medellín:
Reconocimiento a un gran Gobierno que vamos a recuperar en el 2018. pic.twitter.com/CMVi24wgGa
— Rafael Nieto Loaiza (@RafaNietoLoaiza) 9 de septiembre de 2017
Sabia decisión de Santos de no exponerse a una humillación apoteósica en Medellín, que sin duda habría empañado un acontecimiento que debía ser sereno y espiritual.
Pero el ocultamiento de la rechifla por los grandes medios de comunicación, y luego, de las razones de la cancelación del viaje del Presidente, dejan la idea de que en Colombia hay un periodismo totalmente sometido al poder político, o que en sus decisiones editoriales prima la afinidad ideológica por encima de su vocación profesional.
Imágenes: Twitter, EWTN